El año hidrológico -1 de octubre al 30 de septiembre- ha finalizado con un déficit de precipitación del 13%, lo que le convierte en el cuarto más seco de este siglo con una acumulación de 565 litros por metro cuadrado.
Por cuencas, la del Guadiana es la que presenta más déficit con un 67% respecto del valor normal, mientras que, en el otro extremo está la cuenca del Segura, con superávit tras cerrar con un superávit de precipitación del 130% respecto al valor normal, según datos facilitados por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Las precipitaciones han sido, en líneas generales, deficitarias en la vertiente atlántica y con excedente en la vertiente mediterránea.
En amplias zonas del suroeste peninsular, de Castilla y León, Canarias, una zona del Pirineo oscense y otra al oeste de Galicia no se alcanzaron el 75% de los valores normales, y por el contrario, sí se superaron, en más de un 25%, en la Comunidad Valenciana, gran parte de Murcia, este de Andalucía y zonas del sureste de Castilla-La Mancha. Los valores incluso se duplicaron en un área ubicada entre las provincias de Alicante y Murcia, y al nordeste de la de Granada.
Al finalizar el pasado noviembre, el año hidrológico presentaba una acumulación superior en un 29% a la media, pero la situación se fue invirtiendo, poco a poco, hasta llegar a mediados de enero de 2019 con valores inferiores a los normales en un 14%.
A partir de ese momento, la tendencia ya casi no volvió a ser positiva y así, a finales de marzo, el déficit de lluvia era del 18 por ciento y tras una pequeña recuperación en abril, la escasez de lluvia fue del 16% a finales de junio de 2019.
El episodio extraordinario de precipitaciones intensas entre los días 10 y 15 del pasado septiembre han reducido el déficit, pero aun así, el año hidrológico ha terminado con un 13 por ciento menos.
Situación extrema en el río Tajo
Para la ONG Ecologistas en Acción la situación del agua del río Tajo en el Parque Nacional de Monfragüe es, cuanto menos, inquietante. El color de las aguas es de un verde muy fuerte en la zona del 'salto del gitano'.
Creen que se debe a una contaminación orgánica por el crecimiento desmesurado de un alga que está utilizando mucho oxígeno y que está poniendo en peligro a la población de peces del río.
Las altas temperaturas que se están dando este mes de octubre está influyendo mucho tanto en la sequía como en la contaminación de este río que, según los visitantes, "da mucha impresión porque parece un verde radioactivo".