Más de 562.500 españoles usaron habitualmente un cigarrillo electrónico en 2018. El sector factura ya más de 88 millones de euros en nuestro país. Este mercado da empleo a casi 4.500 personas y 9 de cada 10 fumadores están convencidos de que es menos dañino que el tabaco convencional.
Uno de cada dos estudiantes de entre 14 y 18 años ha probado alguna vez el cigarrillo electrónico, según la última encuesta Estudes del Ministerio de Sanidad, que constata el aumento del consumo, ya que hace dos años uno de cada cinco de esos menores aseguraba haber usado estos dispositivos.
Se trata aún de datos provisionales dados a conocer este miércoles por la delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Azucena Martí, durante la presentación de una campaña institucional del Ministerio de Sanidad contra el tabaco, dirigida especialmente a los más jóvenes y centrada en las nuevas formas de consumo.
La ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, ha insistido en que las nuevas formas de fumar como el tabaco de liar, las pipas de agua, el cigarrillo electrónico, el tabaco sin combustión o el vapeo crean también adicción y son perjudiciales para la salud. Además, la utilización de esos nuevos productos es la puerta de entrada al consumo de tabaco tradicional.
De hecho, la última encuesta Estudes, de 2016, señalaba que el 78% de los estudiantes que usaban cigarrillo electrónico declaraba haber fumado tabaco. Además, es un factor de riesgo para el consumo de otras drogas: la misma encuesta constataba que el 98 % de los chavales que usaban cigarrillo electrónico habían consumido alguna sustancia psicoactiva (alcohol, tabaco o hipnosedantes) y el 66 %, alguna droga ilegal.
Este porcentaje desciende hasta el 77% y el 23%, respectivamente, entre quienes no han probado nunca estos dispositivos.