Volcán La Palma
La lava y la ceniza del volcán de La Palma arrasan las plataneras: "La cosecha este año se pierde seguro"
El volcán de La Palma no solo cambia la orografía de la isla sino que ha alterado las rutinas de sus vecinos porque con el cierre de la carretera de la costa esa parte de la isla ha quedado incomunicada a los que hasta ahora era posible llegar en coche en 10 minutos y ahora se tarda hasta 2 horas.
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La lava expulsada por el volcán de La Palma ha arrasado ya 338,3 hectáreas, incluido el terreno que ha ganado al mar, según el último cálculo del satélite Copernicus. Además la ceniza se extiende por 1.752,8 hectáreas de terreno entre los que hay mucha zona de cultivo, especialmente de plataneras.
Aunque siempre se intenta sacar como lado positivo de la erupción de Cumbre Vieja que en futuro los terrenos serán más fértiles precisamente por la ceniza lo cierto es que para eso queda mucho todavía y la realidad inmediata no es nada optimista. Uno de los trabajadores en el sector de las plataneras que cada día acude a su finca a regar asegura que "la cosecha de este año se pierde seguro".
Además de la ceniza caída, por motivos de seguridad no está permitido ir a trabajar a los terrenos de cultivo solo está permitido ir a regar y siempre custodiados por un coche de la Guardia Civil.
Domingo Ríos, profesor asociado de Producción Vegetal de la Sección de Ingeniería Agraria de la Universidad de La Laguna, ha explicado que la ceniza podría tener algún efecto positivo sobre el suelo, pero eso será a largo plazo, pues mientras dure la erupción su influencia será negativa. Además avisa de que en el caso de los invernaderos la ceniza dificulta la fotosíntesis y, en función de su mayor o menor grosor, también influye en las propiedades del plástico, de forma que si es más bien grande provoca 'microrrajados' que no siempre se ven a simple vista pero que inciden en la durabilidad del material.
Si el cultivo está al aire libre como es el caso de las plataneras la ceniza paraliza mucho la fotosíntesis, la respiración y la transpiración, haciendo que la planta colapse y pierda producción, con lo que se producirán daños "muy importantes" para los agricultores.
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