Volcán de La Palma
La lava del volcán atraviesa la carretera de la costa y deja incomunicados a varias zonas de La Palma
Un camino que antes se hacía en unos 10 minutos en coche, ahora puede llevar hasta una hora y media porque hay que bordear toda la isla.
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En su camino al mar, la lava del volcán de La Palma ha cortado la carretera en la que se tenía esperanza - aunque fuese un poco- que no tocase: la de La Costa. La que une dos puntos de la isla de La Palma muy frecuentados por los trabajadores y que, ahora, inevitablemente tendrán que dar la vuelta a toda la isla para poder acceder a esta zona incomunicada.
Concretamente la carretera de La Costa es una de las principales porque conecta con el centro de la isla. A partir de este momento, con la colada de lava descendiendo todavía hacia el mar, los desplazamientos para muchos vecinos serán muy complicados. "Habrá que intentar ir por otro lado queríamos ir al sur pero es imposible, está todo cortado", explica una afectada desde su coche.
De 10 minutos a hora y media
Un recorrido en el que habitualmente se tardaban unos 10 minutos ahora, teniendo que bordear el volcán, se puede tardar en hacer una hora y media. Incluso en más por el elevado tráfico que se está generando en este otro camino, como cuenta un vecino de La Palma: "Cuatro horas estuve en Fuencaliente haciendo la cola".
Se están estudiando los gases derivados del contacto de la colada con el mar y hasta que no se garanticen que no sean nocivos, cuatro barrios de Tazacorte seguirán confinados. Se trata de San Borondón, Marina Alta, Marina Baja y La Condesa.
Varias calles de La Palma, desérticas
Los vecinos admiten que tienen miedo porque "si las autoridades me dicen no te metas, es porque esto es peligroso", asegura uno de ellos. Por este motivo cuesta encontrar a alguien en la calle. Y quienes lo hacen es para hacer compras mínimas (como ir a por el pan) o para sacar a pasear el perro. Eso sí, lo hacen muy protegidos. "Llevo una mascarilla FFP2 y unas gafas de protección", advierte una de ellas. Otro asegura que ha "aprovechado el cambio de viento para poder salir".
Mientras, la lava, sigue dejando sin hogar a muchos palmeros. "He dormido en la calle, en el puerto...". Su furgoneta es lo único que le queda un joven que perdió su vivienda cuando la colada del Cumbre Vieja la engulle a su paso. "Para recuperarnos de esto, nos va a costar mucho", admite.
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