Alimentación
Las lechugas tienen sustancias tóxicas de neumáticos, según un estudio
Según investigadores austríacos, las lechugas contienen sustancias tóxicas provenientes de los neumáticos.
Publicidad
Las lechugas contienen sustancias tóxicas provenientes del desgaste de los neumáticos que llegan hasta ellas trasportadas por el viento y que estas absorben. Es lo que ha determinado un equipo de investigadores de Austria y cuyo estudio aparece publicado en la revista 'Environmental Science & Technology'.
Según el estudio que han realizado, el alcance de las emisiones de las partículas de los neumáticos todavía no se ha podido cuantificar con exactitud. Las estimaciones son que cerca de un kilogramo de partículas por habitante al año es arrastrado por el viento y vertido en ríos,
Thilo Hoffmann, catedrático de Geociencia Medioambiental de la Universidad de Viena ha señalado que los neumáticos son "una fuente importante de microplásticos que contaminan el medioambiente". Con la acción de la propia naturaleza, además de lodos de depuradora que se usan como abono, llegan a los cultivos.
La preocupación de estos científicos radica en que muchas de esas partículas algunas de esas sustancias "muy tóxicas". Según explican, escogieron 5 sustancias químicas para investigar cómo las hortalizas podían absorber las sustancias producidas por la abrasión de los neumáticos.
Más Noticias
- Efemérides de hoy 16 de noviembre de 2024: ¿Qué pasó el 16 de noviembre?
- Las labores de rescate de los trabajadores y los vecinos salvaron a 59 personas del incendio en la residencia: "Los sacaban con mantas térmicas"
- Colas para conseguir comida en Alfafar tras el abastecimiento de los supermercados por el paso de la DANA
Entre los químicos que se han encontrado entre las hojas de la lechuga está el '6PPD chinone', un producto "manifiestamente tóxico" relacionado con la mortalidad de salmones en Estados Unidos. "Nuestras mediciones mostraron que las plantas de lechuga captaron a través de las raíces todos los compuestos que investigamos, los transfirieron a las hojas y los acumularon allí", señala Anya Sherman, investigadora.
Publicidad