La crisis del coronavirus ha provocado que los geles hidroalcohólicos formen parte de nuestro día. Los dispensadores de geles se pueden encontrar a la entrada de restaurantes, tiendas, gimnasios... También es común que muchas personas lleven pequeños botes para desinfectarse las manos cuando tocan alguna superficie que pudiese estar contaminada.
La constante desinfección de las manos se ha convertido en una rutina en tiempos de coronavirus. Sin embargo, hay que tener cuidado con los geles hidroalcohólicos porque castigan la piel. Estos geles provocan que las manos se queden más secas y más irritadas que antes de la pandemia, por la gran cantidad de hidrogeles distintos que utilizamos a diario.
Los geles hidroalcohólicos básicamente están elaborados con alcohol y su función de desinfección la cumplen a la perfección. No obstante, hace que se pierdan los lípidos de la piel, una capa que nos protege de agentes externos. Esto hay que contrarrestarlo hidratando mucho las manos con cremas reparadoras e hidratantes, para evitar que el uso excesivo de los geles nos provoque dermatitis.
Aunque exista el riesgo de sufrir estos efectos secundarios debido al excesivo uso de geles hidroalcohólicos, cabe destacar que son fundamentales para evitar contagios de coronavirus.
Las mascotas también lo sufren
Los veterinarios han advertido de que están aumentando los problemas gastrointestinales y dermatológicos en las mascotas, provocados también por el uso de estos geles que se encuentran en nuestras manos y que entran en contacto con los animales al acariciarlos o cuando estos olfatean o lamen una superficie que ha sido desinfectada.