237.013167

Publicidad

Coronavirus

Los más de 30.000 temporeros que viven en la zona de Lleida se convierten en el nuevo foco de contagio

De momento se han cerrado los accesos a la zona durante dos semanas aunque el Gobierno catalán no descarta tener que ordenar el confinamiento en casa de sus habitantes.

El segundo confinamiento que preocupa es el que se vive desde este sábado en la comarca del Segriá, en Lleida y que afecta a más de 200.000 personas.

Una gran parte de estos nuevos positivos están relacionados con la actividad hortofrutícola, hay 30.000 temporeros en la zona. Muchos llegaron cuando Cataluña estaba aún confinada y ya se veía que iba a ser difícil controlarlos. Muchos son jóvenes y asíntomáticos. Un foco fácil de contagios.

Amadu tidjane, 37 años, de guinea Bissau, es portero de la fruta sin papeles, en España lleva desde hace 5 años, y en Alcarras tres años. Estudió periodismo en su país, y vino con esperanzas de sacarse aquí un título para ejercer. Ahora no puede trabajar por el coronavirus y tiene que vivir en la calle.

Muchas personas les culpan de los rebrotes en la zona. El alcalde de Alcarràs, Manel Ezquerra, pide que no se criminalice a los temporeros porque ellos son "los primeros que quieren que la campaña vaya bien".

Si alguno de estos temporeros que vive en la calle se contagia son trasladados a un albergue, cada uno en un bungalow con cama y baño individual) acogen a contactos de positivos para aislarlos y evitar nuevos contagios.

Narcolanchas

¿Accidente o ajuste de cuentas? En muerte cerebral uno de los 4 heridos tras el choque de varias narcolanchas en Cádiz

La Guardia Civil auxilió a los ocupantes de una de las embarcaciones después de que la "goma" que les arrolló se diera a la fuga.

Una mesa con varios Papá Noel

Vivir con más de 400 Papás Noel por una buena causa: "No me gusta la Navidad, pero le he encontrado sentido"

Se llama Fátima Ucieda y tiene más de 400 Papás Noel en casa. Para esta mujer jubilada, que trabajó toda la vida en banca y que vive en Oleiros, decorar su casa con Santa le parecía una "americanada". Pasados los años se ha convertido para ella en un tradición solidaria.