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EL PADRE HA SIDO DETENIDO

Los transeúntes no pudieron ver al bebé que murió dentro del coche porque los cristales estaban tintados

El coche en el que murió un bebé de un año en Madrid tenía los cristales tintados, lo que impidió que los transeúntes pudieran darse cuenta de su presencia. Este hecho llevó a que el bebé pasara más de seis horas dentro del vehículo, que pudo alcanzar altas temperaturas.

Este miércoles un bebé de un año ha muerto en el interior de un vehículo después de que su padre la olvidara cuando la iba a llevar a la guardería.

El hombre aparcó el vehículo en torno a las 8.30 de la mañana en la madrileña calle Ana de Austria, donde se sitúa la guardería. Sin embargo, al bajarse del coche olvidó sacar a la niña y dejarla en el centro y directamente cogió el metro para ir a su lugar de trabajo.

En torno a las 16.00 horas, la madre de la niña acudió a la guardería para recogerla, pero allí los profesores le dijeron que nadie había llevado a la pequeña al centro aquel día.

Fue entonces cuando la madre, alterada, llamó a su pareja para preguntarle dónde estaba la niña. En ese momento el padre se dio cuenta de su error y le explicó que era posible que la niña siguiera dentro del vehículo. A toda prisa la madre acudió al vehículo, que estaba aparcado cerca de la guardería y allí encontró a la niña.

Rápidamente llegaron los Servicios de Emergencia, que intentaron reanimar a la pequeña durante 45 minutos, aunque sin éxito.

Ese día la temperatura en el exterior era de 29 grados y por lo tanto la temperatura dentro del coche podría haber alcanzado incluso los 40 grados.

El hecho de que el vehículo tuviera los cristales tintados impidió que los transeúntes vieran al bebé dentro del coche, dado que es una calle muy transitada y es posible que alguien se diera cuenta de su presencia.

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