Hablamos con el vicepresidente de las agencias de viajes, Rafael Gallego.
Vicente Vallés. ¿Van a poder asumir las empresas turísticas este golpe y seguir adelante?
Rafael Gallego. Si dura mucho, si llega más allá de septiembre octubre va a ser difícil que podamos asumir este golpe. Teníamos mucha confianza en lo que podía ser la recuperación sobre todo en los meses de junio, julio, agosto y septiembre con el turismo nacional, como quedó demostrado en la crisis de 2008 al 2013. Pero dadas las declaraciones de la ministra de Turismo, donde decía que se iba a limitar el movimiento, estamos empezando a perder las esperanzas.
V. ¿Cuál sería el escenario para el sector turístico si el verano no puede ser tan bueno como ustedes les gustaría que fuera?
R.Pues sí va a ser un escenario muy, muy difícil a excepción de Canarias que su temporada alta empieza a finales de septiembre y va hacia mayo de 2021. El resto sería difícil de recuperar. Nosotros confiamos en que las medidas que adopte el Gobierno, sobre todo con la movilidad de los españoles. Se está hablando de rescatar a las compañías aéreas, lo ideal es que ese rescate viniese en base a subvencionar rutas como es el caso de Canarias y Baleares para que, por lo menos, lo que son los tres meses y medio de julio a septiembre pudiese recuperarse toda o parte de la ocupación en estos destinos. Evidentemente, lo que es la costa peninsular lo tiene mucho más fácil porque la movilidad para los peninsulares es mucho más rápida.
V. El problema puede ser convencer a los extranjeros para que vuelvan a España cuando hemos sido uno de los países con mayor incidencia en el coronavirus.
R. No, fíjese, los extranjeros confían más en nosotros que nuestros propios ministerios. Tanto en la dirección General del principal turoperador británico como TUI, el principal turoperador europeo, confían en que puedan enviar turistas desde Europa hacia nuestros destinos. Por tanto, ya digo hay mucha más confianza en los mercados emisores europeos que en los propios políticos españoles. Y confianza que viene precisamente en el reconocimiento que tienen estos turistas sobre la seguridad y la sanidad españolas. España puede volver a convertirse en un destino refugio como se ha convertido en otras crisis.