Cristina adoptó a una niña en 1987. Ahora ha declarado ante la Policía tras descubrirse que podría tratarse de un bebé robado; las pruebas de ADN demuestran que era la hija de una mujer que afirma que en la clínica le dijeron que su pequeña había muerto.
Marina tiene hoy 27 años y ha podido reencontrarse con su madre biológica
Alfonsa era menor de edad y estaba en un centro de acogida cuando dio a luz. Asegura que la madre adoptiva era una trabajadora social de la institución de menores que la había ayudado durante el parto y que después se quedó con la recién nacida.
Cristina lo niega: "Ella no conocía a la madre biológica ni la había conocido nunca. Tampoco había firmado ningún contrato con una menor", dice Fermín Morales, abogado de la madre adoptiva. Además, asegura que en el informe de su clínica el destino de su hija ya estaba escrito: iba a ser adoptada.
Marina tiene hoy 27 años y ha podido reencontrarse con su madre biológica, con la que ha empezado a mantener una relación: "Cuando la vi solo pude llorar y abrazarla", asegura Alfonsa Reinosa, madre biológica.
Citados el padre adoptivo y la ginecóloga
También ha acudido a comisaría la directora del centro de acogida donde residía Alfonsa, aunque se ha negado a declarar ante la Policía.
También están citados el padre adoptivo y la ginecóloga que le asistió en el parte, que según la madre biológica es la que le comunicó que su bebé había nacido muerto.