La familia de las tres personas que murieron ahogadas el pasado 24 de diciembre en un complejo turístico de Mijas (Málaga) -Gabriel Diya, de 52 años, y sus hijos Comfort, de 9 años, y Praise-Emmanuel, de 16- mantiene que "algo hizo que se vieran arrastrados hacia el centro de la piscina" y niega que los tres fallecidos no supieran nadar.
En un comunicado difundido por Sánchez y Toro Abogados, la viuda y madre de los menores, Olubunmi Diya, sostiene que "funcionó algo de manera incorrecta en la piscina" que les provocó dificultades para nadar en ese momento. "Los tres sabían nadar. Nunca informamos a la policía ni a otras personas de que los miembros de la familia no supieran nadar", afirma en la nota.
Asegura que ningún miembro de la familia realizó "práctica alguna que pudiera entrañar un riesgo" y añade que en todo momento siguieron las indicaciones existentes en la zona de la piscina para hacer uso de estas instalaciones.
También precisa que tanto los dos menores como el padre accedieron a la piscina mediante las escaleras, pero "algo hizo que se vieran arrastrados hacia el centro de la piscina, que es la zona de mayor profundidad y de la que desgraciadamente no pudieron salir con vida". En el momento del accidente, "la familia entera estaba presente", y los menores "no estaban desatendidos", aclara Olubunmi Diya, que agrega que, mientras su marido intentaba socorrer a sus hijos, ella fue a solicitar ayuda a los apartamentos colindantes.
Según ella, cuando accedieron a la piscina los responsables de Club La Costa World, el establecimiento en el que estaban alojados, los tres cuerpos estaban bajo el agua. Las investigaciones continúan por parte de la Guardia Civil para concretar qué sucedió y "no se ha informado de las conclusiones todavía a la familia", señala Diya, que agradece las muestras de condolencias recibidas y pide que se respete su privacidad.
La Guardia Civil emitió este viernes un comunicado en el que señalaba que la investigación apunta a un "trágico accidente" por la "falta de pericia" al nadar de las víctimas. La autopsia de los cuerpos indica que fallecieron por ahogamiento, sin que haya muestras de golpes o arañazos producidos por elementos que componen el sistema de funcionamiento de la piscina, y descarta, en principio, algún tipo de intoxicación química.
Según el instituto armado, el suceso ocurrió sobre las 13:30 horas cuando tres hermanos de 9, 14 y 16 años se bañaban en la zona menos profunda de la piscina del recinto donde la familia estaba alojada desde el pasado día 22, mientras sus padres tomaban el sol.
En un determinado momento, la joven de 14 años salió de la piscina y observó desde fuera cómo su hermana pequeña entraba en la zona más profunda, de la que no podía salir por sus propios medios. Su hermano de 16 años acudió en su ayuda y tuvo los mismos problemas para salir de la zona profunda, por lo que la hermana que estaba fuera del agua dio la voz de alarma a sus padres.
Mientras la madre pedía ayuda a los vecinos, el padre se metió en la piscina para rescatar a sus hijos, lo que "no le fue posible realizar debido a que no sabía nadar", según la Guardia Civil.
Los investigadores mantienen que "todas las pruebas" realizadas hasta ahora, incluidas las declaraciones de los otros dos miembros de la familia, testigos de lo ocurrido, apuntan a un accidente al introducirse las víctimas en una zona profunda de la piscina, donde no hacían pie.
Los agentes inspeccionaron el sistema de depuración y reciclaje del agua y no hallaron ninguna irregularidad en la piscina, donde recuperaron un gorro de baño de la menor y recogieron muestras de agua para su análisis en el Centro de Toxicología. El padre de familia, Gabriel Diya, era pastor en la Open Heavens Parish de la iglesia evangélica Redeemed Christian Church of God, en Charlton, en el sureste de Londres.