Varios estudios, como el de Instituto de Salud Global de Barcelona, sitúan a Madrid como una de las ciudades de Europa con más muertes por contaminación de dióxido de nitrógeno. Por ello, la capital ha activado el protocolo anticontaminación.
La última boina formada sobre el cielo de Madrid se ha producido a causa de los gases emitidos principalmente por vehículos y calefacciones. Se trata de un fenómeno tóxico que afecta a las grandes ciudades y que provoca anualmente la muerte de miles de personas. "Ambas partículas están consideradas cancerígenas por la OMS y hay unos límites que las ciudades no deben sobrepasar", manifiesta Adrián Fernández, de Greenpeace España.
Las grandes áreas metropolitanas como Madrid o Barcelona, pero también París y Milán, son las que registran los peores valores de mortalidad ligados a este contaminante, ya que más del 60% del dióxido de nitrógeno procede del transporte por carretera.
Asimismo, algunas de esas enfermedades están más relacionadas con la letalidad del coronavirus, por lo que, "si ya de por sí era prioritario garantizar una calidad del aire, en este momento es más importante bajar los niveles de contaminación", señala Tomás Chivato, decano de Medicina de la Universidad CEU San Pablo.
Fenómenos como la última boina que se ha visto después de la nevada causada por el temporal Filomena se deben a una inversión térmica que impide disipar la contaminación. Por esto, ya que no se puede controlar la meteorología.
Asimismo, Adrián Fernández señala que es preciso mejorar esa movilidad interurbana para reducir el tráfico, no solo dentro sino también alrededor de la ciudad. También es importante reducir la dependencia del automóvil y acabar con la quema de combustibles fósiles ya sea carbón, gasóil o petróleo.