Homofobia
"Maricón de mierda", agresión homófoba a un hombre de 40 años en Vigo
"Nunca pensé que me pudiera suceder algo así", así lo relata Alberte después de denunciar haber sido víctima de una agresión homófoba en Vigo. Primero fue el insulto, "maricón de mierda", después la violencia física.
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Caminaba tranquilo tras haber cenado con unos compañeros de trabajo cuando todo cambió. Alberte Bello tiene 40 años y no podía creerse lo que le estaba pasando. Primero le llamaron "maricón de mierda", después la agresión homófoba pasó a ser física.
"Tengo miedo"
"Estos son los colores que me representan desde que decidí vivir bajo el cariño del arco iris, desde que tenía 18 años y salí del armario". Así comienza el relato de Alberte Bello después de sufrir una agresión homófoba en la madrugada del sábado en la ciudad de Vigo. A través de sus redes sociales, este coruñés de 40 años asegura: "nunca pensé que me pudiera suceder algo así, pero hay cosas que no se escogen por desgracia y tengo miedo, más miedo que el que podía tener hace años. Miedo porque siento que todo está cambiando a peor, bajo una perspectiva de odio que se fomenta desde grupos extremos y radicales que tienen una cobertura que no es buena, que fomenta odio y violencia, y que no nos van a traer nada bueno a esta sociedad. Tengo miedo a sentir que tengo que seguir pidiendo permiso para ser o para vivir, tengo miedo de tener que tener miedo…".
"Maricón de mierda"
Alberte Bello es actor. Se encontraba en Vigo preparando su próximo espectáculo. El pasado viernes fue a cenar con el director de la obra y el responsable de vestuario de la compañía de teatro. Sobre la una de la madrugada se despidió de ellos y en su trayecto de vuelta a casa se le acercó un joven que le pidió fuego. Alberto le dijo que no tenía fuego ni tabaco y continuó su camino. Su sorpresa vino cuando pocos metros después, el mismo joven le increpó.
Del insulto “maricón de mierda” pasó al empujón y la agresión física. El agresor tiró a Alberte al suelo y allí le propinó múltiples puñetazos y patadas mientras le seguía insultando. Cuenta Alberte que su primer impulso fue cubrirse la cara y que, a pesar de los insultos y los golpes, lo más doloroso fue la rabia e impotencia de no poder defenderse. Cuando el agresor se cansó de pegarle y se fue, Alberte pudo irse a casa y de allí, al hospital en ambulancia con una crisis nerviosa. El diagnóstico: contusiones y moratones por todo el cuerpo, un esguince en el tobillo, desgarros de ligamentos, una herida en la cara provocada por la caída…
Se siente devastado
El siguiente paso: ir a la comisaría de la Policía Nacional y presentar la correspondiente denuncia por un delito de odio. Esto sucedía ayer, lunes 1 de noviembre. Desde ese momento, Alberte, que nos ha explicado que se encuentra “devastado por el dolor del cuerpo y todas las emociones encontradas de estos días”, asegura que “se siente arropado y fuerte” y agradece el trato recibido por el agente de policía que lo atendió: “hizo que me sintiera muy arropado y me dio mucha tranquilidad”.
Alberte ha denunciado los hechos también en sus redes sociales donde, además, ha agradecido a todos el cariño y apoyo mostrado. “Nadie puede apagar las luces de los colores del arco iris ni usando la fuerza, ni con insultos ni con la propia violencia”, concluye.
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