Basura espacial
Más de 2.000 satélites fuera de uso forman la basura espacial que flota sobre nuestras cabezas
Es un problema que preocupa a las agencias espaciales. Alrededor del planeta orbitan casi 9.000 satélites. Desde los años 50, los cohetes lanzados al espacio han dejado más de 10.000 toneladas de basura espacial
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Los científicos definen la basura espacial como "todo aquello que tenemos en órbita en el espacio y que está fuera de uso". La mayor parte de ella se desintegra por la fricción cuando entra en la atmósfera, pero un 20% termina cayendo al suelo convirtiéndose en un peligro para la población.
"Que la basura espacial reentre en la Tierra es positivo. El gran problema es que se quede orbitando alrededor de ella, el problema es que lo haga de una forma no controlada", señala Alberto Águeda, director de vigilancia Espacial de GMV Aeronáutica.
Con el cohetecaídoel viernes en el Pacífico, China termina definitivamente de configurar su estación espacial a bajo coste y corriendo importantes riesgos. Todo lo contrario a lo que ha vivido la NASA a finales del mes de septiembre. Tras una gran inversión económica, la agencia del gobierno estadounidense responsable del programa espacial civil, así como de las investigación aeronáuticas y aeroespaciales, monitorizó la colisión de una sonda espacial contra un asteroide para desviar su dirección.
"Tenemos que tener claro cuanto queremos invertir en esa tecnología en cada uno de las lanzadores que utilizamos", enfatiza Águeda.
La nave, del tamaño de una nevera, logró su objetivo de chocar de frente y a más de 20.000 kilómetros por hora contra "Dimorfo". Ha sido la primera misión espacial cuyo objetivo fue proteger a la Tierra de asteroides, en un ensayo general para evitar futuros impactos que podrían borrar del mapa una ciudad entera.
Mínimo peligro de impacto en territorio habitado
A pesar del número, cada vez mayor de basura espacial existente, las posibilidades de que un fragmento caiga sobre un territorio habitado es mínimo, pero si China vuelve a lanzar un cohete al espacio, los cielos españoles seguirán siendo una potencial víctima colateral de la carrera espacial del gigante asiático.
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