Es la basura que proviene de los residuos marcados por el coronavirus y que se mezcla con los plásticos de siempre. Ya eran muchos los plásticos, pues ahora son más y diferentes. Así lo constatan los Buzos de Canarias.
A medida que avanza la desescalada y nos sentimos un poco más libres, también volvemos a hábitos no demasiado cívicos que ahora, con las nuevas medidas de seguridad, están provocando importantes daños en nuestro entorno natural. Nos referimos a guantes y mascarillas que si no se tiran a los contenedores adecuados van a parar al mar.
Así lo ha comprobado el buzo y fotógrafo submarino Sergio Hanquet en el sur de Tenerife. “Es la basura de la actualidad que se junta con los plásticos de siempre”.
En constante preocupación por el medio ambiente, Hanquet ha estado en contacto estos días con profesionales de todo el mundo que coinciden en que no se trata de un problema puntual. “He hablado con otros buceadores de otros países y todos estamos grabando lo mismo. No es algo local ni puntual".
Preservar el medio tras el coronavirus
En su lucha por la conservación de los mares se unen pescadores y multitud de asociaciones que buscan concienciarnos para que tras el confinamiento por el coronavirus no empeoremos la situación de nuestros océanos.
Carmen Soto es una pescadora canaria, patrona de un barco que faena entre Tenerife y La Gomera. Desde su barco hace un llamamiento a toda la población “No podemos deshacernos de los materiales acumulados en la pandemia de manera que contamine el mar. Hay que ser conscientes del daño que provoca al medio".
Lo hemos comprobado también en la salida de supermercados, donde es obligatorio el uso de guantes. Aceras repletas de guantes de un solo uso que si no se ponen en la papelera, el viento los arrastra hasta el mar.
Algunos ayuntamientos ya ponen sanciones a los que tiren este tipo de basura al suelo pero en cualquier caso el trabajo es de todos y cada uno de nosotros.