La mayoría de los 39 pasajeros que pedían asilo en El Prat dejan el aeropuerto mientras su solicitud es tramitada

De los 39 pasajeros que aterrizaron el pasado lunes en el aeropuerto de El Prat, en Barcelona, la mayoría ya ha abandonado las dependencias del aeropuerto a la espera de que su solicitud sea atendida y posteriormente tramitada. La Cruz Roja permanece atenta a ellos en todo momento y está colaborando para que permanezcan sanos y salvos.

Los pasajeros llegados al aeropuerto han aportado, según indican las autoridades, pruebas que corroboran sus testimonios para pedir asilo, por lo que su solicitud será enviada a los organismos correspondientes para que se tramiten de inmediato.

Entre estos ciudadanos, hay varios menores, así como una señora de aproximadamente 90 años, por lo que se ha proporcionado comida y alojamiento a 28 de ellos, para que puedan permanecer tranquilamente a la espera de que obtengan nuevas noticias.

¿Qué viene ahora para ellos?

28 de los 39 palestinos han sido incluidos de forma inmediata en el Programa Estatal de Protección Internacional del Gobierno de España, donde habrán de pasar tres fases para que se les conceda el asilo. La primera fase evalúa durante 30 días las necesidades de los demandantes de asilo, la segunda fase consiste en un programa de acogida que dura aproximadamente seis meses, y la tercera tiene una duración aproximada de entre 12 y 18 meses, que consiste en la preparación de autonomía, y con la que concluye dicho programa.

A diferencia del intento de asalto por parte de varios migrantes marroquíes a comienzos de este mes de noviembre, violando todos los protocolos de acceso, estos palestinos sí que han hecho los trámites correspondientes y de forma legal, asegura su abogada.

Por el momento, y una vez lanzada la solicitud, las autoridades habrán de empezar con la primera fase con la evaluación de necesidades, por lo que no se conocerán los primeros resultados hasta que llegue el mes de diciembre.

"Adiós mamá, no pudimos llegar a tiempo", el desgarrador mensaje en una residencia de ancianos de Picaña, Valencia