Cambio climático
El Mediterráneo se tropicaliza: "Un mar tan cálido es muy potencialmente inestable"
Las temperaturas del mar en la costa mediterránea alcanza durante mediados de julio los 27 grados. "Si a estas alturas estamos en estos grados, en los primeros días de agosto tendremos 28 o 29", avisa Jorge Olcina, catedrático de la Universidad de Alicante.
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España ha experimentado una ola de calor con temperaturas extremas que han dejado temperaturas superiores a los 40 grados durante varios días seguidos en muchos puntos de la geografía. Sin embargo, los episodios extremos como los que estamos viviendo en estos días repercuten directamente sobre el mar.
Aquellos que hayan estado estos días en las costas mediterráneas quizá habrán notado que la temperatura del mar es algo más cálida. Pero este hecho no es una percepción, sino una realidad. Jorge Olcina, catedrático de Geografía de la Universidad de Alicante y director de la unidad de investigación y divulgación del instituto interuniversitario de Geografía, explica que "desde 1980 la temperatura del Mediterráneo frente a las costas españolas en el sector de la Comunidad Valenciana y Baleares ha subido 1,4 grados".
No solo eso, en el mismo periodo "la temperatura del aire ha subido 0,7 grados" lo que implica que el mar se ha calentado el doble. Traducido en números absolutos, Olcina detalla que a mediados de este mes de julio de 2022 el agua del mar en la Comunidad Valenciana "alcanza los 27-28 grados, que son temperaturas de un mar tropical, de un mar Caribe".
¿Cuáles son las consecuencias? Según explica Jorge Olcina, las altas temperaturas del agua tienen dos efectos fundamentales: "Aumentan las noches tropicales porque el aire no puede descender por debajo de la temperatura del agua del mar y un mar Mediterráneo tan cálido es un mar muy potencialmente inestable".
Los efectos del cambio climático
Así, el cambio climático es una realidad y en "últimos años está siendo cada vez más frecuente alcanzar temperaturas muy elevadas en la cuenca del Mediterráneo occidental". En los últimos días, debido a la ola de calor, en las ciudades mediterráneas se han producido episodios de calor por la noche que han impedido conciliar el sueño en muchos ciudades costeras con mínimas de entre 23 y 25 grados.
Este fenómeno, más habitual en zonas del centro de la península, se registra también ahora en las costas del Levante y la temperatura del mar está estrechamente relacionada. Olcina es claro en este sentido: "En las ciudades costeras se han multiplicado por 4 las noches tropicales".
Por visualizar esta estadística con gráficos, el catedrático y profesor añade que las ciudades del litoral mediterráneo, especialmente el sector central (Comunidad Valenciana, Murcia y Baleares), han pasado de registrar "15-20 noches tropicales a comienzo de los años 80 a no bajar de 80 en la actualidad".
¿Peligro de DANA en otoño?
A estas alturas es imposible predecir si en septiembre u octubre habrá una DANA en las zonas del Mediterráneo. No obstante, debido a esa inestabilidad de temperaturas del agua tan elevadas, en el caso de que se forme una situación de inestabilidad (conocida como gota fría o DANA), "el mar tiene mucha capacidad de transferir energía a las nubes y provocar tormentas muy intensas".
El ejemplo más reciente es lo que ocurrió en el año 2019 en las localidades de la Vega Baja del Segura como Orihuela. Olcina explica que "también ese año se había calentado muy el mar Mediterráneo y en las lluvias de la DANA que se formó en septiembre fueron muy abundantes y muy intensas" con incluso fenómenos de manga marina.
De momento, no se puede saber qué ocurrirá con el tiempo en dos o tres meses, pero sí hay un hecho seguro: "La manera de llover está cambiando, las lluvias son más intensas en un corto espacio de tiempo debido al calor acumulado en el agua del mar".
"Llevamos un verano muy caluroso, acabamos de empezar la tercera ola de calor y eso no hace sino subir la temperatura del agua del mar. Si a estas alturas del mes de julio estamos en 27 o 28 grados en los primeros días del mes de agosto, debido a que vamos a tener otra secuencia cálida, estaremos ya en 28-29 grados", sentencia.
Esto no es solo un efecto que se produzca en verano. En inverno, la temperatura del mar baja, pero "ya no lo hace tanto como lo hacía en los años 80 o 90". En los meses centrales de esta estación, cuando el agua del Mediterráneo está más fría, "suele estar entre 0,3 y 0,5 grados por encima de décadas atrás".
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