Navidad

La 'mejor Navidad del mundo' es todo un desafío para algunos vecinos del centro de Vigo

Para algunos vecinos del centro, esta explosión de color y alegría no siempre es un regalo.

La 'mejor Navidad del mundo' es todo un desafío para algunos vecinos del centro de Vigo

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Desde el 16 de noviembre, las calles de Vigo se visten de Navidad, y la ciudad se convierte en un destino turístico de primer orden. Las luces, los espectáculos y el ambiente festivo hacen que muchos, tanto locales como visitantes, lo consideren “la mejor Navidad del mundo”. Sin embargo, para algunos vecinos del centro, esta explosión de color y alegría no siempre es un regalo.

“Hoy empieza todo”, “Estamos listos”, “La Navidad de Vigo es maravillosa”, repiten con entusiasmo vigueses y turistas al inicio de la temporada. Para muchos, la Navidad en la ciudad es un sueño hecho realidad, con su famoso mercado, la gran noria y el despliegue de luces. Sin embargo, no todos comparten ese entusiasmo. Para algunos es una auténtica pesadilla.

"Tenemos que aguantar un tráfico de unas dos o tres horas para poder salir o entrar de la ciudad"

Mónica García, vecina

“Tenemos que aguantar un tráfico de unas dos o tres horas para poder salir o entrar de la ciudad”, comenta una vecina del centro, Mónica García. Las aglomeraciones, sobre todo los fines de semana, “colapsan las principales arterias de Vigo, lo que genera largos atascos que afectan tanto a residentes como a los turistas”, añade.

A esta situación se suman, dice, “los ruidos constantes” desde principios de octubre, cuando empiezan a instalarse los adornos y las atracciones. “Parece que estamos en una película de Disney”, lamenta Mónica, quien también menciona que las papeleras no dan abasto, y la suciedad aumenta exponencialmente en las calles.

El impacto de la Navidad también se extiende a los negocios locales y no siempre para bien. Guillermo Herrero, un hostelero que vive fuera de la ciudad, se ve obligado a retirar un servicio debido a los problemas de tráfico. “Nada de cenas. Resido fuera y para salir y volver, tardamos tanto tiempo que es imposible prestar el servicio. Sólo daremos comidas”, explica.

En busca de soluciones legales

El descontento de algunos vecinos ha llevado a veces a buscar soluciones legales. En un caso destacado, una vecina de Vigo logró que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) condenara al Ayuntamiento de Vigo a indemnizarla y a tomar medidas para evitar que los niveles de ruido superaran los límites establecidos por la normativa municipal.

La sentencia obligaba al Concello a “adoptar las medidas necesarias para evitar la reiteración de su conducta lesiva” y a garantizar que los ruidos no superaran los niveles permitidos por la Ordenanza Municipal de Protección contra la Contaminación Acústica.

“Nos obligan a pedir la ejecución de esa sentencia”, comenta Alba Novoa, presidenta de la Asociación de Vecinos Zona Centro. Aunque la normativa municipal establece un límite de 55 decibelios durante el día y 45 decibelios por la noche en zonas residenciales, Alba asegura que “la realidad es que estos límites no siempre se respetan, lo que genera malestar en los residentes”.

¿Qué piden los vecinos?

Muchos residentes del centro de Vigo piden una Navidad más equilibrada, que no solo sea agradable para los turistas, sino también para los que viven en la ciudad. “Queremos plazos más razonables y que las fiestas sean más relajadas y humanizadas para todos”, comenta Mónica García.

Los vecinos, aunque comprenden la importancia del evento para la ciudad y su economía, solicitan que se encuentre un término medio que permita disfrutar de la Navidad sin sacrificar la calidad de vida de los residentes.

Para muchos, Vigo sigue siendo “la mejor Navidad del planeta”, pero para otros es un vecino cada vez más molesto.

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