Compañeros de viaje del conductor que curiosean demasiado, que sustituyen, a su manera al GPS, o que lo saben todo, sobre la forma de conducir o el comportamiento mecánico del coche. Todos ellos cumplen el perfil del copiloto imperfecto, que nadie querría llevar a su lado.
El perfil del llamado copiloto imperfecto se corresponde con un joven, varón de entre 18 y 29 años; no colabora con el conductor y no para de hablar y criticar durante el trayecto. El piloto imperfecto tolera la velocidad inadecuada, la conducción brusca, las discusiones con otros conductores o que no se respete la distancia de seguridad. Tomás Santa Cecilia, impulsor de la campaña contra las distracciones, “La tarea de conducir es una tarea compleja que exige un máximo respeto hacia la figura del conductor y tener un cuidado extremo con los aparatos tecnológicos que en estos momentos son la principal causa de siniestralidad en las carreteras”. Más de un millón de conductores permiten que su acompañante les enseñe el móvil.
En el lado opuesto, está el copiloto perfecto; el que no permite que el conductor circule sin cinturón, bajo los efectos del alcohol o las drogas o que se salte las señales. Suele ser un hombre de entre 60 y 69 años, muy pendiente de la carretera y respetuoso con quien va al volante. ”. Con mal tiempo, en viajes con niños y en los trayectos largos es cuando más se demanda su ayuda.
Francisco Valencia, autor estudio "El copiloto y su influencia", asegura que “la combinación más segura es cuando ella conduce y él va de copiloto.