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Un menor salva la vida de un hombre tras sufrir un infarto en Burgos: "Desde el 112 iban dándome instrucciones"
Marcos ha salvado la vida a un hombre que sufrió un infarto en un mercado de Burgos. Recordó lo que le habían contado en el colegio sobre primeros auxilios y no lo dudó, le practicó la reanimación cardiopulmonar.
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Marcos, un joven de 16 años salva la vida de un hombre que había sufrido un infarto en Burgos. Comenzó a hacerle maniobras de reanimación cardiopulmonar hasta que llegó una patrulla de la Policía Municipal que, gracias a un desfibrilador, logró recuperar su pulso.
Era muy temprano, las siete de la mañana. Marcos Banco iba al Mercado de Frutas de Villafría, en Burgos, donde había empezado a trabajar este verano hasta comenzar el instituto. De repente, vio como un hombre, dentro de una furgoneta, pedía ayuda. Su hermano, de 61 años, acababa de desvanecerse. No respiraba. Marcos, no dudó. "Llamé a la ambulancia y traté de ayudarlo". Tras tumbarlo en el suelo, el joven de 16 años, instintivamente, comenzó a realizarle maniobras de reanimación cardiopulmonar.
Nunca antes lo había hecho. "Puse el teléfono en manos libres y, desde el 112, iban dándome instrucciones. Me corregían la colocación de las manos, pero me decían que lo estaba haciendo muy bien", relata.
Recordó una clase de primeros auxilios
Marcos recordó una clase de primeros auxilios que habían impartido en el colegio pero, "eso fue hace muchos años y con un un muñeco", admite. No sabe cuánto tiempo estuvo haciendo el masaje cardíaco pero le pareció una eternidad. En ese momento, llegó un patrulla de la Policía Municipal de Burgos, que le dio el testigo. "Mientras ellos preparaban el desfibrilador, me dijeron que continuara con la reanimación porque era vital. Después, me retiré para que ellos hicieran su trabajo", explica el joven.
La patrulla de Policía la formaban Sebe Fernández y Javier Lomas. Estaban muy cerca del Mercado cuando recibieron el aviso. Al llegar, todavía era de noche. Mientras Sebe trataba de iluminar la zona, Javier preparaba el desfibrilador. "Como no se veía nada no me fijé en que la persona que estaba realizando la reanimación cardiopulmonar, la RCP, era un chaval", señala Sebe. "No es algo fácil de hacer, de gestionar y más para un joven que nunca ha visto algo así. Tener los arrojos de echarse al ruedo para salvar a una persona que no reacciona, es algo digno de elogiar", insiste Javier.
Así recuperaron el pulso del hombre
Los agentes consiguieron, gracias a dos descargas del desfibrilador, recuperar el pulso del enfermo. Y, en ese momento, llegó la ambulancia que lo trasladó inmediatamente al Hospital Universitario de Burgos.
"Me siento un poco abrumado por la repercusión que ha tenido pero muy orgulloso de mí mismo. Y, sobre todo, feliz porque el señor ya ha salido del hospital", admite Marcos sin ser todavía muy consciente que su determinación fue clave para salvar su vida. Pronto tendrá la oportunidad de encontrarse con él. Sabe, a través de sus familiares, que está enormemente agradecido.
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