Unas cuantas carreras, una pizca de sorpresa, varios gramos de curiosidad y una última dosis de emoción. Son los ingredientes principales de una mañana de Navidad.
Este año, como ha habido mal tiempo, Papá Noel se ha retrasado un poco en el reparto y excepcionalmente algunos niños han conseguido verle.
Unos poquísimos afortunados han llegado incluso a pillarle cuando estaba dejando los regalos en su casa, per se ha ido en su trineo porque tenía que continuar su reparto por el mundo. En España ha dejado regalos tecnológicos como drones y tablets.
Pero sus regalo no son los últimos, y aún tienen que venir los Reyes. El próximo 6 de enero viviremos una mañana como esta, con caras de sueño, emoción, sorpresa y esperanza.