Rumanía entregará mañana a las autoridades españolas a Sergio Morate, el sospechoso del doble crimen de Cuenca, tras permanecer 23 días detenido en Rumanía. Así lo confirmó Ancuta Morariu, portavoz de la Policía de Timisoara (oeste de Rumanía), donde el sospechoso se encuentra en prisión preventiva.
"El ciudadano español Sergio Morate será entregado a las autoridades españolas a partir de las 18.00" hora local (15.00 GMT), explicó la representante de comunicación de la comisaría, que informó de que el traslado del sospechoso se efectuará en un avión procedente de España desde Timisoara.
De esta manera, la detención de Morate en Rumanía acabará mañana después de que fuera capturado por una unidad especial de la Policía rumana el pasado 13 de agosto en Lugoj, una pequeña localidad de cerca de 50.000 habitantes, al oeste del país balcánico.
La Policía rumana recibió alrededor de las 13.00 hora local (10.00 GMT) de ese día una notificación a través de la oficina SIRENE de la Interpol, en la que se solicitaba que se procediera al arresto de un criminal, "el más buscado en España en ese momento", según Morariu.
Sobre las 20.00 hora local del mismo día (17.00 GMT), agentes especiales entraron en el apartamento donde se hallaba Morate, acompañado de su amigo rumano Istvan Hortvath con su hermano, su mujer y su bebé. Morate había llegado a Lugoj un día antes, después de que Horvath acudiera a buscarlo a Hungría, donde supuestamente se había perdido, para introducirlo a Rumanía por carreteras secundarias, según explicó el fiscal que investiga su implicación en el caso.
Tras el arresto de Morate, las autoridades judiciales españolas se pusieron en contacto con las rumanas para tramitar su extradición y la entrega de sus bienes, entre los que se encuentra su vehículo, un Seat Ibiza verde, con el que viajó a Rumanía y en el que supuestamente asesinó a Laura del Hoyo y Marina Okarynska.
En primera instancia, Morate se declaró inocente y aseguró al juez de la Corte de Apelación de Timisoara que no existían pruebas en su contra.
Sin embargo, el magistrado de Timisoara se limitó a la orden de arresto internacional y a la extradición el pasado 24 de agosto para que la justicia española fuera la encargada de decidir si realmente mató a las dos jóvenes.
A Morate no le quedaba ya más que recurrir el dictamen de extradición en una última instancia, decisión que tomó a finales de la pasada semana.
Sin embargo, como se preveía, la Alta Corte de Casación y Justicia de Bucarest ratificó ayer su extradición, al argumentar que la motivación del sospechoso carece de fundamento alguno.
Durante la vista, Morate se volvió a declarar inocente y alegó que sentía miedo de regresar a España por las supuestas amenazas de muerte por parte de la familia de una de las víctimas y la posibilidad de que se celebre un juicio "injusto", debido a la mediatización de las muertes de las jóvenes.
El sospechoso, incluso, informó al juez de que disponía de los recursos financieros suficientes para rehacer su vida en Rumanía.
Por otra parte, agentes de la Policía Nacional española también acudirán a recoger su coche en Rumanía, que se encuentra precintado en la comisaría de Lugoj, a la espera de que sea examinado para ayudar a esclarecer el caso.
Se espera que se organice un breve acto de entrega a las autoridades españolas en la sede de la Policía de Timisoara a lo largo de la tarde del sábado, antes de poner rumbo hacia el aeropuerto de camino a España.
Por la información obtenida hasta el momento, se sospecha que Morate salió de España por la frontera de Portbou, en Girona, con su propio vehículo el mismo día en el que desaparecieron Laura del Hoyo, de 24 años, y su exnovia Marina Okarynska, de 26 años, y en que supuestamente las asesinó. El 6 de agosto fueron vistas por última vez las dos jóvenes, que habían ido a casa del sospechoso a recoger las cosas que Marina había dejado allí.