La movilización vecinal consigue paralizar el desahucio de Josep en Casa Orsola

Josep Torrent, un maestro de 49 años, continuará hoy durmiendo en la que es su casa desde hace más de dos decadas. Desde primera hora de la mañana 800 personas según la Guardia Urbana se han concentrado frente al edificio, en el Eixample de Barcelona, para impedir el desalojo. Muchos de ellos han pasado la noche a la intemperie para defender a su vecino. Este es el primer desahucio que estaba programado en la Casa Orsola, un edificio que compró en 2021 un fondo de inversión para hacer alquileres de temporada.

A las 10.30 de la mañana ha llegado puntual la comitiva judicial y ha podido reunirse con Josep que les esperaba en la calle. Él les ha comunicado que no tenía intención de marcharse y finalmente han decidido "aplazar el lanzamiento debido a la imposibilidad de llevarlo a cabo en condiciones de seguridad", tal y como informa en un comunicado el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya . Minutos después el afectado, entre aplausos de los concentrados, ha subido a su casa sin hacer declaraciones a los medios pero visiblmente nervioso.

“Dijimos que hoy aquí no habría un desahucio y hoy aquí no habrá un desahucio”, ha proclamado, desde uno de los balcones de la finca, Enric Aragonès, portavoz del Sindicato de Inquilinas. Acto seguido han pedido a todos los manifestantes que regresen el próximo lunes a las 21h de la noche para apoyar a Josep y convertir el edificio en "indesahuciable". La nueva fecha del lanzamiento es el martes día 4 de febrero a las 5 de la mañana.

Cuotas con más de 700 euros de subida

Esta finca modernista se ha convertido en un símbolo de la crisis de la vivienda en el momento en que cambió de titularidad. Lioness Inversiones compró el edificio hace cuatro años. Entonces había 27 pisos habitados, de los cuales 17 tenían contratos indefinidos y el resto vencían en pocos años. Tras varios intentos fallidos de negociación y una también fracasada mediación del Ayuntamiento, a cinco de los vecinos ya se les ha acabado el contrato y no les han renovado. La propiedad interpuso demandas contra ellos para poder llevar a cabo un desahucio. El primero que tenía fecha era Josep, que ha continuado pagando cada mes los 700 euros de alquiler.

Los vecinos denuncian que la propiedad quiere echar a todos los inquilinos para hacer alquileres de temporada, subiendo las cuotas mensuales de los 700 euros a los más de 2.000 que pagan los nuevos vecinos de los pisos que ya funcionan como vivienda de alquiler de temporada.

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