Una mujer de 78 años gestiona pisos para expresos que no tienen donde vivir

Ángeles tiene 78 años y durante los últimos 40 se ha dedicado a ser "la esperanza de los que no la tienen". Ella se encarga de proporcionarle un hogar a todos aquellos presidiarios que no tienen dónde ir después de cumplir su condena.

Les da cobijo y los apoya para que consigan rehacer su vida, encontrar un trabajo y volver a ser independientes y felices.

Comenzó ayudando a un recluso y ahora gestiona seis pisos en los que muchos presos se instalan hasta que consiguen rehacer su vida. Es presidenta de la Asociación Pro Recuperación De Marginados (Apromar) y ha acogido a más de mil presos en 40 años.

La asociación de Ángeles hace un gran esfuerzo, tanto económico, como legal y emocional para poder ayudar a estas personas que sueñan con volver a sus vidas cotidianas, encontrar un trabajo y formar una familia.

"Nos vamos reinsertando y también reeducando" afirma una de las reclusas que, gracias a Ángeles, ha conseguido rehacer su vida.

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