Carmen Mesa, de 65 años, ha presentado una querella en los juzgados de Barcelona contra el gerente del hospital Vall d'Hebron y contra el jefe del servicio de neurocirugía de ese centro.
Les acusa de un delito contra los derechos individuales de los ciudadanos, por no garantizar la atención sanitaria de la paciente, y otro de denegación de asistencia sanitaria al que están obligados esos profesionales.
La Generalitat de Cataluña, titular de los cuatro hospitales por los que pasó la mujer, defiende la actuación de sus centros y considera que la paciente recibió el tratamiento que necesitaba y que no se produjo ninguna disfunción.
Por su parte el centro hospitalario Vall d'Hebron ha optado por no hacer valoraciones al tener conocimiento de que la familia estudiaba emprender acciones legales.
El aneurisma es una dilatación arterial del cerebro que pone al paciente en una situación de emergencia, según señalan los expertos. El índice de mortalidad ronda al 50% antes de la hospitalización.
Según la querella, los médicos del Josep Trueta explicaron a los familiares la urgencia de la operación, pero advirtieron de que no podían realizarla porque ese hospital "se encontraba afectado por la reciente reordenación de los servicios establecida desde el departamento de Salud de la Generalitat.
Tras esa reorganización, el protocolo aplicable "obligaba a tratar este tipo de patologías agudas (con sangrado) en el centro de referencia fijado en el mapa sanitario, en este caso, el hospital Vall d'Hebron" de Barcelona, según la querella.
Por su parte, un portavoz del departamento de Salud de la Generalitat explicó que el caso "no presenta ninguna anomalía ni particularidad fuera de lo que es habitual en estos pacientes" y que la mujer "estuvo atendida en todo momento de acuerdo con la gravedad de su enfermedad" y que "en ningún caso la muerte se puede atribuir a una posible falta de personal o de recursos para atenderla adecuadamente".