Madrid

La mujer que descuartizó y carbonizó a la presidenta de la comunidad de vecinos mantiene que fue un homicidio imprudente

Defiende que fue un homicidio imprudente al no auxiliarla después de un golpe.

Imagen de archivo de un coche de la Guardia Civil

Imagen de archivo de un coche de la Guardia CivilEuropa Press

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La mujer que mató y descuartizó el 27 de febrero de 2023 a Pilar M. G., la presidenta de la comunidad de vecinos de un bloque de pisos de Carabanchel, defiende que fue un homicidio imprudente al no auxiliarla después de que ella misma se golpeara la cabeza tras resbalarse en el baño.

Durante la mañana de este miércoles, ha arrancado el juicio por el crimen con la selección del jurado popular que enjuiciará los hechos y los informes previos de las partes. El tribunal de jurado tendrá que determinar si lo ocurrido encaja en un delito de homicidio imprudente, como mantiene la acusada, o si se está ante un asesinato, tal y como mantiene la familia a través de su abogado Santiago Torres.

A su llegada, el letrado ha expresado que las pruebas científicas avalan la falsedad de la teoría de la procesada de que se trató de una muerte accidental con motivo de las salpicaduras de sangre en el escenario del crimen. "Fue algo claramente premeditado por una deuda de 538 euros que impedía que el resto de vecinos tuviera calefacción. Lo único que le preocupaba a Pilar era trabajar por el bien de sus vecinos", resaltaba.

Por su parte, el abogado de la familia solicita que se condene a la encausada a 25 años de cárcel por un delito de asesinato, a tres años por falsedad documental y a cinco meses por un delito de profanación de cadáver. Frente a ello, la defensa solicita una pena de dos años de cárcel por un homicidio imprudente y otro de profanación de cadáver.

La falsedad guarda relación con dos recibos de unos 500 euros cada uno librados falsamente por Ibercaja con los que Marta pretendía justificar el pago por transferencia de la cantidad que debía abonar a la comunidad por facturas de agua y luz sin pagar. Fue una empleada del banco la que advirtió a la casera de Marta de tal falsedad y ésta se lo comunicó a la procesada. Según la acusación, la encausada decidió dar muerte a Pilar y "hacer desaparecer su cuerpo, con la idea de que nadie le volviera a reclamar los pagos ni responsabilidad alguna por los justificantes de pago falsificados y sortear el riesgo de ser descubierta".

Mantiene el golpe accidental

Marta mantiene que ese día fue al que era su domicilio con una maleta para retirar los últimos enseres que todavía tenía en la vivienda, puesto que tenía que dejar el piso tras romper con su pareja. Según su versión, quedó con la presidenta de la comunidad de propietarios para revisar, y en su caso abonar, unas deudas que tenia pendiente con la comunidad en una sucursal bancaria cercana.

De esta manera, la víctima se presentó en el domicilio de la procesada y, estando allí, en concreto en el baño, resbaló perdiendo el equilibrio y cayó golpeándose la cabeza. Marta intentó levantarla pero al ver el golpe, asustada, de manera involuntaria la soltó, dejándola caer de nuevo.

Tras el fallecimiento de Pilar en su domicilio, Marta confesó que introdujo su cuerpo sin vida en la maleta que estaba allí por la mudanza, y la trasladó en su vehículo a la población de Las Ventas con Peña Aguilera (Toledo) donde lo quemó hasta la carbonización. Además, trasladó los restos a una escombrera en el camino del Chorrito de Las Ventas con Peña Aguilera y los depositó allí. Este reconocimiento fue posteriormente recogido el 3 de marzo de 2023 en sede policial.

El fiscal solicita para la procesada trece años de cárcel por un delito de homicidio, a la vez que le reclama una indemnización de 100.00 euros en concepto de responsabilidad civil para los familiares de la víctima.

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