Desde hace unas semanas España se encuentra en pleno proceso de desescalada del confinamiento por coronavirus. Durante estos días, los españoles están volviendo poco a poco a su vida normal y recuperando esos hábitos que el estado de alarma nos ha obligado a dejar aparcados. Pese a ello, el miedo al contagio de coronavirus está latente y, en ocasiones, provoca situaciones desafortunadas.
Es lo que les ha ocurrido a dos trabajadoras vinculadas a centros sociosanitarios de atención a mayores.
En un caso, le negaron el servicio de peluquería a una trabajadora de un centro de mayores. Ella trabaja en una residencia de mayores llamada Los Valles, situada en Benavente, Zamora. Tras más de dos meses sin poder ir a la peluquería, decidió pedir cita.
Solicitó la cita a través de una aplicación de mensajería. Desde el centro le dieron cita, pero pocos días antes le preguntaron si seguía trabajando en la residencia de ancianos. Cuando les contestó que sí, le respondieron que "era mejor que no fuera".
"Es mejor que no vengas", le dijeron
El recelo a que esta trabajadora de la residencia de mayores pudiera ser un foco de contagio de coronavirus provocó esta contestación: "Pues entonces es mejor que no vengas. No puedo arriesgarme a un contagio siendo la residencia un foco grande de infección", le escribieron desde el centro de belleza.
La trabajadora les explicó que le habían realizado el test del coronavirus y se encontraba sana, pero no fue suficiente: "Esos test no son fiables al cien por cien", le contestaron.
El segundo caso tiene que ver también con una trabajadora de servicios del centro residencial de la Junta de Castilla y León, aunque no han trascendido más detalles de cómo ha sido el rechazo.
Son casos concretos a los que les está costando recuperar los hábitos y las rutinas anteriores al confinamiento por la pandemia de coronavirus. El miedo al contagio es algo que acompaña al coronavirus y con lo que también muchos tienen que pelear.