Viajeros en el aeropuerto de Barajas

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LA PEQUEÑA, DE CINCO AÑOS, FUE RETENIDA POR LA OFICINA DE INADMITIDOS DEL AEROPUERTO

Una niña de cinco años, retenida 29 horas en Barajas sin poder ver a su madre

Una niña de cinco años que llegó el pasado jueves desde Honduras para reencontrarse con su madre tras cuatro años fue retenida durante 29 horas en la oficina de inadmitidos del aeropuerto de Barajas.

La pequeña Alexa, de cinco años, llegó el pasado jueves desde Honduras a Madrid sin saber que aún le quedaban 29 horas, las que fue retenida en la oficina de inadmitidos del aeropuerto de Barajas, para poder reencontrarse con su madre, Wendy, a la que no veía desde que sólo tenía unos meses de edad.

La niña aterrizó en España el pasado jueves a las 10:50 horas acompañada de su prima Dulce, de 19 años, con el objetivo de pasar una semana de vacaciones, según relata su madre.

Wendy asegura que cumplían todos los requisitos para viajar como turistas a España: tenían un billete de ida y vuelta, programada para el 7 de febrero, reservas de hotel y dinero "suficiente". Pero los nervios empezaron a aflorar cuando, tras horas esperando la salida de la pequeña, una amiga suya que reside en España y que acompañaba en el vuelo a las dos niñas les aseguró que "las tenían detenidas".

Gracias a su jefe contactaron con un grupo de abogadas de la parroquia San Carlos Borromeo de Madrid que, tras un primer intento en el Juzgado de Guardia, que les denegó la "cautelarísima" al no considerar acreditada la urgencia, la consiguieron por lo contencioso, pero sólo con respecto a la menor.

Por ello, su prima Dulce ha debido tomar el vuelo de regreso a Honduras a las 13:30 horas, sólo 48 después de su llegada a Madrid, durante las que ha permanecido en la oficina de inadmitidos con "una cama, una silla y un baño" y en las que sólo han podido contactar con ella por teléfono.

Desde que dejaran salir a Alexa pasadas las 16:00 horas de ayer, la retención ha sido más dura para Dulce, ya que ha estado "tan deprimida que lo único que quería es que la devolvieran ya" a Honduras junto a sus padres.

En estos dos días, su familia ha estado preocupadísima, preguntando "si está bien, si está comiendo, si tiene una cama, porque para ellos es como si hubiera estado presa", lamenta Wendy, muy consternada porque su sobrina no pueda "disfrutar" de estos días en Madrid.

Ahora, asegura rotunda que tras la marcha de Dulce, su hija no va a volver "sola", de ahí que sus abogadas estén poniendo todo el empeño para que pueda lograr la residencia en España.

Una de las letradas, Diana Galindo, ha afirmado que también confía en que se pueda paralizar la expulsión después de las "sangrantes" 29 horas que permaneció en Barajas y que, en su opinión, se debieron a que la policía consideró que las dos chicas no llevaban suficiente dinero.  "Ya que está dentro, vamos a intentar que se quede", para lo cual tienen plazo hasta el próximo jueves, cuando la niña tiene su billete de vuelta para Tegucigalpa.

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