El Observatorio de la Infancia belga ha retado a los colegios a no mandar deberes durante un mes. A cambio, la jornada lectiva se extendería hasta las cinco de la tarde para que pudieran hacer la tarea en las aulas, en vez de en casa. Aquí en España la comunidad educativa está dividida.
Entramos en clase de inglés, en cuarto de primaria. Nos atrevemos a preguntar ¿a favor o en contra de los deberes?. Algunos niños comentan que los deberes son fáciles y que no les ponen muchos deberes.
En un colegio de Zaragoza aprovechan algunas horas libres para hacer la tarea en el aula y descargar el trabajo en casa. Un alumno nos comenta que prefiera hacerlos en clase porque así puede jugar.
La mayoría de los profesores cree que los deberes en casa crean hábito de trabajo y enseñan al niño responsabilidad. Pepa Martínez, profesora, afirma que son necesarios desde primaria hasta bachillerato.
El profesorado es consciente de que, en ocasiones, falta coordinación entre ellos y cargan en exceso a los niños, pero advierten si un alumno tiene más deberes es porque no aprovecha lo suficiente en clase.
¿Una carga excesiva para alumnos y padres?. Sólo un dato: el 80 por ciento de los niños de primaria reciben la ayuda de sus progenitores para hacer la tarea. Una madre asegura que son ellos mismos los que están agobiados con los deberes y debía ser suficiente con los que realizan en clase.
Algunas asociaciones de padres llaman la atención sobre las tensiones entre padres e hijos porque a muchos les falta tiempo para ayudar a los niños.
