Okupación
Nueva oleada de okupaciones ilegales en Carabanchel: justifican haber sido estafados usando contratos falsos
Tensión en la calle Excelente número 6 en el madrileño barrio de Carabanchel, después de que 28 viviendas hayan sido okupadas en un nuevo y moderno edificio que aseguran haber pagado.
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Los okupas de los pisos de un edificio de Carabanchel, Madrid, dicen que han sido estafados y aseguran que adelantaron hasta tres mensualidades. Ahora, amenazan con no desalojar los inmuebles hasta que les devuelvan el dinero. Un mes y pico después de la ocupación de 28 viviendas, siguen llegando más familias, sobre todo de nacionalidad peruana.
Los vecinos desesperados graban como en domingo, que según la inmobiliaria es un día prohibido para mudanzas, entran neveras, lavadoras... Algunos de los okupas dijeron que a ellos les habían estafado; los inquilinos legales no se creen que se trate de una estafa. Han sabido que estas personas pagan entre 1.500 y 2.400 euros, les entregan un contrato falso y con este documento ilegal justifican haber sido estafados.
Ha habido un primer intento de desalojo. Una empresa de desokupación intentó sin éxito y con pelea sacar a estas personas. Se encontraron con unos 40 okupas, que se enfrentaron a los trabajadores de seguridad. Uno de ellos salió herido. Tras esta trifulca, el grupo mafioso que se está lucrando con estos alquileres recomendó que dejaran pasar un poco de tiempo, pero que no desistieran porque había pisos libres. Hoy mismo se ha visto entrar a familias con enseres para amueblar las viviendas y algunos testigos aseguran que están realquilando habitaciones de los pisos okupados.
Desde el viernes hay otra empresa intentando desalojar a estas 100 personas. Hoy también se han reunido con los vecinos asegurándoles que empiezan ya los desalojos. Pero los inquilinos no lo tienen claro, tienen miedo, no utilizan las zonas comunes, mantienen su anonimato frente a las cámaras y medios de comunicación en general porque tienen miedo a represalias. En Navidades vivieron varios episodios de peleas entre los okupas, que acabaron con cuchilladas.
La inmobiliaria ha reaccionado bajando el alquiler a los inquilinos legales, dicen que para que dejen de protestar y hacer ruido. El edificio ya es un bloque de viviendas por el que se interesan también otros okupas, que se cuelan en la finca, merodean por la calle con el coche y preguntan a los vecinos si quedan pisos libres para okupar. Esta situación empezó en el puente festivo de diciembre; si no se consigue desaloja mediante acuerdos, la solución se eternizará.
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