La Comunidad Valenciana mantendrá las restricciones actuales para frenar el coronavirus hasta el 1 de marzo, como ha anunciado Ximo Puig en rueda de prensa.
Desde el pasado 21 de enero, 16 ciudades valencianas viven un semiconfinamiento perimetral durante el fin de semana, por tener más de 50.000 habitantes y una alta incidencia de coronavirus.
Además del cierre perimetral, una vez quede aprobada la prórroga, significará que bares, restaurantes y comercios no esenciales sólo podrán estar abiertos hasta las 18:00 horas, el toque de queda seguirá vigente a las 22:00 horas y las reuniones en domicilios o al aire libre seguirán siendo de 2 unidades de convivencia como máximo.
Baja la incidencia, pero mantienen las restricciones
Esta prórroga se contempla en un momento en que el coronavirus parece remitir en la Comunitat. Sin embargo, el temor a un repunte de contagios y la dominancia de la nueva variante británica prevista para las próximas semanas ha obligado a que se inclinen por la ampliación de medidas 15 días más.
Si bien, en el momento en que se tomaron las medidas -20 de enero- los contagios de coronavirus triplicaban las cifras actuales -9.810 frente a los 3.031 de ahora-, hay otros datos que invitan a la prudencia.
Son los referidos a la presión asistencial en la Comunitat Valenciana. El número de pacientes con coronavirus ingresados en la UCI se mantiene igual que hace semanas, mientras que el pico se detectó el pasado 31 de enero, con 670 ingresados. Ahora, son 577 enfermos graves de coronavirus.
En caso de aprobarse la prórroga –todo indica que así será- la fase de desescalada en las restricciones se dará, de forma gradual, a partir de marzo. Se empezarán a abrir los bares y restaurantes, así como otras actividades, aunque no al completo, una idea en la que incidieron el pasado miércoles Compromís y Unides Podem.