Robos

Oleada de robos de guacamayos y vigilancia a sus dueños en la Cantabria occidental: "No tenemos vida"

En un plazo de 20 días. han sido robados cinco ejemplares de guacamayo y se ha frustrado otro más.

Oleada de robos de guacamayos en Cantabria

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Federico Martínez busca junto a sus dos hijos a la guacamayo que le robaron hace una semana en Vioño de Piélagos. Se llama Sira y tiene cinco años. El padre comenta que en casa están todo el día hablando de ello y preguntándose a ver si aparece: "Estamos mal, era como una de la familia".

Los ladrones consiguieron entrar en el voladero donde dormía el ave. El hijo de Federico, Yoel, explica que los ladrones metieron una escalera que estaba fuera y acorralaron al loro con una escoba para cogerla con un trapo.

Ahora Federico recorre con su coche los alrededores de la zona esperando escuchar a Sira gritár "¡papá! ¡papá!". Asegura que es lo que hacía la guacamayo habitualmente cuando escuchaba el motor de su coche.

Otros casos de robos de guacamayos

Amador Sevillano también ha sufrido el robo de su mascota en Reocín. Asegura que se sienten indefensos y que se tiene que intentar limitar esto de alguna forma. El descaro es tal, añade, que entraron a su casa a las 15:50 horas, a plena luz del día, aprovechando que no estaban ellos dentro.

Jorge Migoya tuvo más suerte. Cuando entraron los ladrones a su casa en Udías sonó la alarma y huyeron del lugar sin el botín. Pero se siente vigilado: "Controlan a qué hora entramos, a qué hora salimos, lo que hacemos... es insoportable. No tenemos vida".

Sensación que comparte Amador que, incluso, habla de miedo. Asegura que su hija no se quiere quedar en casa sola ni un minuto.

Los guacamayos son muy sociables. Tienen una inteligencia, asegura Jorge, de un niño de tres años. Amador añade además que son unas excelentes mascotas.

El objetivo de los cacos será malvenderlas en el mercado negro. En otras ocasiones, lo han hecho por 300 euros a pesar de que estas aves se venden normalmente entre 1.000 y 1.600 euros, según la especie. Mientras, sus propietarios esperan verlos de nuevo cuanto antes en sus casas.

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