Pablo Casado, desde La Palma: "La erupción del volcán ha sido una ruina, esto es desgarrador"

El líder del PP, Pablo Casado, se ha desplazado hasta La Palma para comprobar de primera mano los daños causados por la erupción del volcán de la Cumbre Vieja, que ha provocado la evacuación de más de 6.000 personas, ha destrozado cerca de 200 casas y ha arrasado numerosos cultivos.

"La erupción ha sido una ruina, ha supuesto pérdidas de más de 400 millones de euros", ha dicho en una entrevista con Susanna Griso para 'Espejo Público' frente a las cenizas que emanan del volcán de la Cumbre Vieja.

Casado ha señalado que su partido ha registrado en el Parlamento una proposición no de ley para declarar a la isla de La Palma zona catastrófica. "También pedimos un comisión mixta entre administraciones, con cabildos, ayuntamientos y gobiernos regional y nacional sobre el accidente y estamos hablando con la Unión Europea en materia de presupuestos", ha señalado.

El líder del PP ha explicado que ha visitado un "un cuartel del ejército donde están las personas que no tienen ni familiares o amigos en los que hospedarse y es desgarrador. Me han contado que han visto cómo la lava sepultaba sus casas".

Casado ha pedido "unidad de acción y rapidez" para hacer frente a la catástrofe. "Hace falta que estén disponibles desde hoy viviendas para los que lo han perdido todo. Hay que ver si los bancos y las administraciones pueden liberar ya pisos".

Área afectada por la lava

El área afectada por las coladas del volcán de La Palma ha aumentado un 50% en las tres jornadas que lleva en erupción y los expertos calculan que la situación se prolongará una media de 55 días, lo que hace prever que podría seguir expulsando lava al menos hasta noviembre.

A medida que pasan los días la situación en las zonas aledañas al volcán se hace más difícil, sobre todo para las 6.000 personas evacuadas hasta el momento que han tenido que abandonar a toda prisa los cerca de 200 inmuebles dañados o destruidos por las coladas, 65 de los cuales eran viviendas.

La lava continúa abriéndose paso hacia el mar y deja ya detrás 153 hectáreas de terreno sepultadas por las piedras, el fuego y las cenizas, según cálculos del Instituto Volcanológico de Canarias a partir de las imágenes de satélite del programa Copernicus.