Daniel I. Aguirre, el padre de la niña que estuvo secuestrada por su madre durante dos años, cuenta en 'Espejo Público' cómo ha sido este tiempo de lucha.
Unos 13 años después de iniciar su relación, Daniel y Patricia decidieron separarse. En ese momento el padre de la niña planteó llegar a un acuerdo para tener la custodia compartida de la menor pero Patricia se negó, diciendo que no estaba dispuesta y que ella se quedaría con la niña porque ella "la había parido".
"Cuando yo insisto, ella amenaza con denunciar al teléfono de violencia de género diciendo que le maltrato psicológicamente", relata Daniel, que cuenta que Patricia dijo que quería la casa y la niña: "Renuncié a parte económica a cambio de poder ver a mi hija".
Tras venderle la casa por un precio muy bajo, Daniel consiguió llegar a un acuerdo de visitas y logró poder ver a su hija 14 días al mes.
Daniel explica que aunque durante unos años la relación entre ambos es muy buena, ya comienzan a surgir los primeros episodios. El primero tuvo lugar al año de estar separados: la niña estaba en el domicilio de Daniel jugando sobre una silla de ruedas. Al caerse, la rueda de la silla le golpeó en sus partes íntimas, provocándole un hematoma. En ese momento el padre consultó con dos familiares especializadas en Pediatría que le aconsejaron aplicarle una crema a la niña porque no creían que fuera algo grave.
Al día siguiente, relata Daniel, la madre de la pequeña llamó muy alterada desde el hospital diciendo que la niña tiene un hematoma y que acuda rápidamente a explicar lo ocurrido: "Yo acudo al hospital y les enseño un vídeo en el que la niña sale cayéndose. Además el informe médico deja claro que hay una marca de una silla de ruedas", cuenta el padre de la pequeña.
Daniel cuenta que quitando ese episodio todo iba bien hasta que él empezó a reclamar la deuda de la casa: en ese momento la actitud de Patricia cambia. "Era una persona muy obsesiva: me pedía permiso para poder ver a la niña cuando estaba en mi casa y llamaba continuamente", cuenta el padre de la pequeña, que explica que ya en el año 2014 Patricia se negaba a entregarle a la niña alegando que él había abusado de la pequeña: "Llevaba a la niña a una psicóloga donde le preguntaban qué te hace tu padre".
En ese momento Daniel puso dos denuncias contra Patricia: una por incumplimiento de visitas y otra porque la madre no lleva a la niña al colegio. Unos días después, Daniel recibe una llamada del Juzgado de Guardia desde donde le indican que ha sido denunciado por supuesto abuso sexual a su hija.
"Socialmente quedas destruido y esa es la mayor denigración que puedes sufrir como padre. Es algo muy difícil de entender hasta que no lo vives. Es humillante pero cuando tienes la razón, no tienes que hacer caso de lo que digan los demás", asegura Daniel, que cuenta que "ha habido a lo largo de este proceso momentos en los que he pensado en tirar la toalla pero por inercia y porque es mi hija he seguido luchando".
En el año 2017 Patricia contrata a una tercera abogada y ahí es cuando entra en la asociación 'Infancia libre' y cuando comienza a radicalizarse. En ese año Daniel pierde el contacto con su hija, sin saber si estaba viva o muerta y no es hasta este fin de semana cuando la Policía Nacional localiza a la niña en el municipio madrileño de La Cabrera.
Patricia, que ha quedado en libertad con medidas cautelares, pertenecía a la asociación 'Infancia Libre', organización a la que pertenecía la otra madre que también escondió a su hijo en una casa en Villar de Cañas, en Cuenca, y que también lo tenía sin escolarizar.
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