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han cumplido una cuarta parte de la condena

Los padres de Asunta Basterra, Alfonso y Rosario, ya pueden solicitar permisos penitenciarios

Alfonso Basterra y Rosario Porto, para poder disfrutar de permisos han de tener cumplida una cuarta parte de la condena, ser un reo en segundo o tercer grado y contar con el beneplácito de la junta de tratamiento y la autorización del juez de Vigilancia Penitenciaria.

El Tribunal Superior de Justicia de Galicia condenó a 18 años de cárcel a cada uno de los padres de Asunta Basterra, por el asesinato de la menor. Ahora, cuando se cumplen cinco años de la muerte de la pequeña, sus padres pueden solicitar ya permisos penitenciarios al tener cumplida una cuarta parte de la condena.

Según detalla Instituciones Penitenciarias, para poder disfrutar de permisos, los presos han de tener cumplida una cuarta parte de la condena, ser un reo en segundo o tercer grado y contar con el beneplácito de la junta de tratamiento y la autorización del juez de Vigilancia Penitenciaria.

Rosario Porto, abogada, cumple la pena en la prisión de A Lama, en Pontevedra, donde, según ha contado su entorno próximo a Efe, lleva en el módulo de enfermería una vida tranquila. Allí habita "acompañada", lee, escribe, recibe muchas cartas, acude a la biblioteca, goza con la radio, participa en algunas actividades y asiste a misa. Además, según explica su abogado, ella no pedirá ningún permiso porque no se siente preparada para ello. Como cada año, ha publicado en la prensa la esquela en memoria a su hija.

Esquela de Rosario Porto en memoria de su hija Asunta Basterra
Esquela de Rosario Porto en memoria de su hija Asunta Basterra | antena3.com

Alfonso Basterra, periodista, está en el otro extremo de Galicia, en el penal de Teixeiro, en A Coruña, y de puertas adentro su día a día prácticamente transcurre de la misma manera, tal y como han desvelado fuentes conocedoras de su estado. Está totalmente integrado en la cotidianidad carcelaria, en un módulo tranquilo, y no es conflictivo, pese a que en un inicio sí tuvo una actitud más desafiante; además, da muestras de su nivel intelectual y ya ostenta algún puesto de confianza, de responsabilidad, e incluso remunerado, como ocurre con el reparto de comida del que se ocupa.

En octubre de 2015, un jurado popular decidía por unanimidad que Porto y Basterra eran culpables del asesinato de su hija adoptiva Asunta.

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