Las cocinas del Palacio Real de Madrid sirvieron a los monarcas para mostrar el poderío del reino en la mesa y desde el reinado de Carlos III al de Juan Carlos I han estado operativas y cerradas al público, algo que cambiará a partir de este martes.
Grupos de hasta 20 personas podrán recorrer la portería, la cocina del ramillete, el taller de repostería, la sala de preparación, la sala de fogones, la cava y la botillería.
Se trata de unos 2.000 metros cuadrados proyectados por Juan Bautista Sachetti en 1737 al estilo francés en los que se conservan perfectamente joyas como dos grandes cocinas económicas parisinas o una parrilla prusiana que se instaló por orden de Alfonso XII, gran aficionado al 'roast-beef'.
También numerosos utensilios -2.625- como las vajillas de diario, moldes de cobre para la repostería, bandejas de servicio, 'poisonnières' para cocinar pescado, espetones, cazos de todos los tamaños, enormes morteros, heladeras, chocolateras, mesas de trabajo y menús que degustaron las familias reales que habitaron el Palacio o que ofrecieron a sus ilustres invitados, algunos con más de 40 entrantes.
Especialmente memorables fueron los banquetes ofrecidos cada 23 de enero por el santo de los reyes Alfonso XII y Alfonso XIII, monarca este último que hizo más fluidas las relaciones internacionales de la familia real y agasajó a huéspedes temporales como los Hohenzollern, los Salm-Salm o los Carisbrooke con manjares áulicos.
Las Real Cocina estuvo en uso hasta 2012, momento en el que Patrimonio Nacional decidió su apertura parcial al público -no se visitará por el momento la antigua bodega- para mostrar "el ejemplo más importante conservado entre las cocinas históricas de las residencias reales europeas", ha destacado el presidente de la institución, Alfredo Pérez de Armiñán.
El presidente de la Real Academia de Gastronomía, Rafael Ansón, ha augurado que será "uno de los lugares más visitados" de Madrid, porque da la oportunidad de conocer el espacio en el que se elaboraron los platos servidos en banquetes que sirvieron "para alcanzar acuerdos internacionales políticos, económicos y matrimoniales".