Papá Noel
Papá Noel ya está en camino para repartir todos los regalos de Navidad pese al coronavirus
Papá Noel ya ha emprendido el largo camino que le espera desde Laponia hasta las casas de todos los niños del mundo. Repartirá todos los regalos, aunque tendrá que cumplir los protocolos Covid.
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Papá Noel ya ha salido de su hogar, en el Círculo Polar Ártico para enfrentarse al que es, probablemente, el día más duro del año, el de Navidad. Subido en su trineo se dirige hacia las casas de millones de niños en todo el mundo. Nada impedirá que llegue puntual a su cita como cada Navidad.
Además, se adaptará un año más y tomará todas las medidas necesarias a las que obliga esta pandemia. Lo que sigue intacta es la ilusión de los más pequeños. El momento ha llegado, puesto que, como cada año, Papá Noel vuelve a salir de su hogar para recorrer la noche del 24 de diciembre el mundo en su trineo.
Nada le impedirá llegar a su destino y repartir los regalos a millones de niños. Ni las peores circunstancias conseguirán que llegue tarde a su cita de Navidad. Sin embargo, no hay que olvidar que hay que ser responsables y tomar las medidas necesarias en los lugares en los que sea requerido. Esto es también lo que sucedía cuando iban a visitarle.
El lugar estaba equipado con una pantalla de cristal y era obligatorio el uso de la mascarilla. Pudo abrir las puertas de su casa, después de que se viese obligado a mantenerla cerrada durante el año pasado como consecuencia del coronavirus. Papá Noel ya tiene experiencia por el año pasado, cuando también había una importante tasa de Covid-19.
Papá Noel cumplirá todos los protocolos Covid-19 en cada casa. Por eso, no hay que sorprenderse si no se toma la leche o se come todas las galletas. Esta es, quizá, una medida para evitar nuevos contagios, ya que son millones de casas las que tiene que visitar a lo largo de esta noche. De esta manera, montado en su trineo, acompañado por sus renos y cumpliendo las normativas y protocolos del coronavirus, Papá Noel volverá a repartir la ilusión de cada año en todas las casas del mundo.
Para llegar a su destino, tendrá que atravesar las llanuras nevadas entre árboles y lagos congelados, mientras que espera a que los más pequeños de la casa se duerman y así poder dejar los regalos con tranquilidad.
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