Lectura
Paqui Ayllón, la enfermera y escritora ciega que lee para niños, inmigrantes y ancianos
Perdió la visión por una enfermedad degenerativa. Ha escrito un libro y se ofrece para leer su obra y de otros a personas necesitadas.
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No ver no le impide leer. Y como buena lectora, tiene su truco, que en su caso se basa en el sonido de su voz, que modula para guiarse a través de lo que escucha. Así lo ha aprendido a hacer desde que a los 23 le diagnosticaron una enfermedad que se 'comería' su vista. A la edad de 32 años, con un 20 por ciento de visión, le fue otorgada la discapacidad administrativa. Ahora va camino de los 54. Pero eso no ha sido impedimento para leer para otros que no pueden o no saben.
Paqui, natural de Huétor-Tájar (Granada), reside actualmente en El Puerto de Santa María (Cádiz). Es enfermera de profesión, pero no puede ejercer. Una enfermedad rara y degenerativa, llamada retinosis pigmentaria, la ha ido dejando ciega paulatinamente. "Era mi vocación desde muy niña", recuerda. Pero eso no le venció para seguir adelante con su pasión por la lectura. Y ahora lo extiende a los demás, contando su propia historia y las de otros. "He cambiado las jeringas y las agujas por libros y lectura", añade.
Hace esta labor solidaria desde hace años y por casualidad. "Me propusieron ir a una actividad para que me lean libros, pero yo sabía leer, así que le di una vuelta y me propuse hacerlo yo misma para otros", rememora. Y después de leer obras de otros aun siendo invidente, se propuso hacerlo con la suya propia, escribiendo un libro. Pero nunca creyó posible que se podía hacer, y al conseguirlo derribó otro muro de cristal.
La obra se titula 'La lectora ciega', una crónica de su vida y una manera de contarle a otros que los obstáculos se pueden superar. Y lo lee colectivos vulnerables, entre los que se encuentran niños, inmigrantes y ancianos, a quienes visita en centros de internamiento, centros de acogida, hospitales y geriátricos. "Hay que darle el valor que se merece a estos seres", afirma contundente.
Meadow, su fiel compañera
Ayllón está siempre acompañada por su fiel escudera, su perra guía Meadow. Se conocieron en Estados Unidos, gracias a una beca de la ONCE. Ella no solo son sus ojos, sino también un pilar de la familia. "Ve por mí es mi brazo izquierdo; los perros guías por la calle no se deben tocar porque es como si tocásemos el bastón de la persona ciega y forman una unidad con nosotros mismos", comenta.
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Allá donde recita su prosa, Ayllón recibe gratitud y sus oídos son acribillados a preguntas cada vez que acaba una lectura o charla, especialmente por los niños. "Hacen preguntas muy interesantes, no tienen filtros y todo lo hacen con mucha naturalidad, siempre me siguen sorprendiendo", revela.
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