Se llama Pedro Gamella,
tiene 77 años y es el paciente que más tiempo ha estado ingresado en la
UCI por coronavirus.
Ha pasado 144 días en cuidados intensivos, casi 5
meses. Ha estado muy grave pero poco a poco ha ido mejorando y, por fin, ha
dado negativo en coronavirus. Hoy, entre aplausos, ha pasado a planta en el
Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
Pedro ha expresado su felicidad: "pues si
tengo ganas de irme a casa, ya ves" y ha agradecido
los cuidados médicos recibidos: "Aquí me han tratado muy bien, muy bien,
muy bien. Muchísimas gracias por lo que han hecho conmigo" ha afirmado.
El paciente fue hospitalizado a finales de
marzo y a los dos días de su llegada tuvo que ser
trasladado a una de las uci del Marañón, en aquel momento a la Unidad Coronaria
que estaba habilitada como unidad de cuidados intensivos.
Según ha
contado, Pedro se contagió en la calle. Ahora pide prudencia a la gente "y
que se laven mucho, mucho las manos".
Respirador, traqueotomía y sedación
El
coronavirus hizo que Pedro sufriera una neumonía bilateral que provocó un estado
crítico desde el punto de vista respiratorio por lo que tuvo que precisar ventilación mecánica y traqueotomía y sedación profunda.
Con los tratamientos y cuidados recibidos en el Hospital Gregorio
Marañón ha conseguido remontar esta situación y se encuentra en una situación que
ha propiciado su traslado a una planta de hospitalización.
Desde antes de
su salida de la UCI, Pedro se beneficia del Programa de Atención a Pacientes Covid Post-UCI del
centro, en el que recibe atención multidisciplinar de los servicios de Medicina
Interna, Neumología, Rehabilitación, Endocrinología, Psiquiatría, Enfermedades
Infecciosas y Microbiología Clínica, Geriatría, Unidad de Cuidados Intensivos y
Anestesia y Reanimación.
"Un ejemplo excepcional" de recuperación
Juan Camilio
Barrios, médico intensivista, explica que en estos momentos Pedro se encuentra
en una situación neurológica “muy
buena”, ya se mueve solo y puede comer, “aunque le quedan muchos días de rehabilitación”.
Según el
doctor, Pedro es un “ejemplo
excepcional”, debido a que las personas de su edad son mucho
más vulnerables a la enfermedad, pero no “es lo normal”.
Un cambio
fundamental para el paciente ha sido poder comer y la primera vez que le dieron
alimento preguntó si podría volver a comer pescado porque si no “su vida no iba
a ser lo mismo”.