Medicamentos
Los pastilleros personalizados funcionan: "Son una bendición"
Se han convertido en el mejor aliado de los mayores poli medicados. En Galicia, el Sergas los ofrece de manera gratuita a los pacientes de 75 años o más con una pauta diaria que supere las 10 pastillas. Son 3000 los mayores gallegos que cumplen estos requisitos, pero por ahora tan solo un poco más del centenar se ha animado a usarlo.

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Felicitas tiene 78 años. Regentar un bar ultramarinos toda la vida pasa factura. "La espalda la tengo muy mal, soy diabética, me ponen insulina y además sufro de ataques epilépticos que evito gracias a la medicación", dice. Toma 12 pastillas al día, "cinco por la mañana, dos al mediodía y cinco por la noche", añade Felicitas. Antes asegura que "se volvía loca", porque en ocasiones no recordaba si "había tomado la medicación" y en otras se olvidaba. "Ahora estoy encantada", sonríe dándonos una palmada en la espalda.
Desde hace un año esta paciente ferrolana visita cada viernes la farmacia de Isabel Campo Fernández. Allí Paula o Laura le entregan semanalmente su pastillero personalizado. "Este blíster nace con un objetivo: reducir los errores en la toma de los medicamentos y evitar que quienes no pueden gestionar sus dosis con fluidez acaben en el hospital", nos cuenta Paula Gallego, farmacéutica y responsable del Sistema Personalizado de Dosificación.
La mitad de las farmacias gallegas dispensan el pastillero y ofrecen el servicio de seguimiento al paciente. Es gratuito para los mayores que cumplan los requisitos que ha fijado la administración autonómica, y de pago para el resto de los pacientes, que deben asumir un coste de 7 euros semanalmente.
En una sala aislada e higiénicamente controlada de las farmacias adheridas se organizan periódicamente, y de manera rigurosa, cajas que corresponden a un paciente.
"De cada caja extraemos medicamentos según la pauta actualizada de cada uno de nuestros mayores y los colocamos en un pastillero distribuido en celdas que señalan el día y la franja de la jornada en la que deben ser tomados", nos explica la farmacéutica Laura Sabín, que añade que "no sólo organizamos las tomas y evitamos que el paciente amontone cajas de fármacos en casa que en ocasiones acaban caducándose, también revisamos el plan médico, comprobando que la medicación es compatible y evitando interacciones entre fármacos no deseadas".
"Fenomenal, ¿verdad papá?". María Castro y sus hermanas se encontraron un armario lleno de medicinas después del ictus que sufrió su padre, Manolo, de 83 años. "Ni nosotras sabíamos cómo afrontar y organizar esa situación, así que, ¿cómo lo iba a hacer mi padre?", se pregunta. María reconoce que tuvieron la suerte de contar con el pastillero y su farmacia de referencia, "no hay dinero que lo pague, es una bendición".
Estimular la participación con la experiencia positiva es el objetivo del sector farmacéutico en Galicia porque aunque casi tres millares de gallegos cumplen los requisitos para acceder al pastillero gratuito, solo un 5 por ciento de esos 3000 se está beneficiando de un servicio que, según sus usuarios, cambia vidas.
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