Se reaviva la polémica en Membrilla, un pueblo de Ciudad Real. El motivo: se considera que un cuadro con el apostol Santiago es más seductor y sensual de lo habitual, o eso es lo que opinan algunos de los feligreses.
A otros, en cambio, no les parece del todo provocativo: "¿Picarón por la pierna que se le ve, con todo lo que se enseña hoy en día?", responde una señora en un tono irónico cuando se le pregunta si le parece una pintura sensual.
El cuadro, de tamaño considerable, lleva años tapado con una sábana en la sacristía, hasta que ha llegado la censura. El cura lo ha bajado hasta las catacumbas y, por lo que se sabe, muchos de los vecinos no han tenido la oportunidad de ver el cuadro del apóstol.
Es una obra de un artista reconocido del pueblo, Antonio Ximénez, de 87 años. Fue un encargo del párraco anterior, por lo que el pintor lo entregó a la iglesia.
Por alusiones y desde Miami, ciudad en la reside en la actualidad Ximénez, defiende que su pintura es "superrealista". "Yo pinto a mi manera, no voy a hacer una figura medieval", explica.
No es la primera vez que ocurre. Otro cartel elegido para representar la Navidad en Sevilla también avivó la polémica. Para muchos se trataba de un arcángel San Gabriel afeminado y sensual.