La Policía desalojó en hora y media a 15.830 personas en el Retiro el día que la caída de un árbol provocó la muerte de un niño

La Policía Munincipal desalojó en hora y media desde que se decide la evacuación a las 15.830 personas del Retiro el pasado 24 de marzo, cuando un pino se desplomó causando la muerte de un niño de cuatro años, ha confirmado en el Pleno extraordinario solicitado por el PP la delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés.

Sabanés ha explicado que se procedió a la evacuación del parque a través de las 17 salidas que se iban cerrando una detrás de otra, no todas de golpe, porque no era una evacuación de emergencia. El jefe de Emergencias, tras recibir la información meteorológica y valorar el riesgo potencial, aconsejó el cierre por "circunstancias acumuladas" debido a las intensidad lluvias y vientos.

La decisión de evacuación y cierre se dio a las 12.57 horas del sábado 24 de marzo. Fue comunicada al jefe de intervención, transmite la orden a la empresa privada y ésta a la Policía Municipal a las 13.14 horas. A las 13.20 horas la Policía Municipal se pone al mando del operativo de desalojo y es las 13.25 horas cuando se desploma el pino sobre el niño de cuatro años.

El cierre del parque por parte de la Policía concluyó a las 14.24 horas, una hora y media después desde que se dio la información de desalojo, el tiempo que suele durar la evacuación según el protocolo.

La concejala ha matizado que se pudo seguir entrando en el parque por aquellas puertas que durante la evacuación no habían sido cerradas siguiendo el sentido de las agujas del reloj. En el operativo policial intervinieron siete patrullas, junto a Policía Nacional.

Sabanés ha recordado que el parque se cerró los días 1 y 2 de marzo por alerta roja. El martes 20, con alerta amarilla y con vientos de 57km/h, se vinieron abajo un pino y un castaño de indias. Para el 21 se registró alerta amarilla pero se decidió cerrar el parque dos días ante la caída de esos árboles y para revisar todos los ejemplares para detectar los que estaban en riesgo de caerse.

Entre el 21 y el 22 de marzo se retiraron 26 árboles. "No quedó en el parque un árbol en pie con un peligro detectado", ha asegurado Sabanés.

El pino tenía 53 años, una expectativa de vida de 25 más, había pasado por todas las inspecciones y era un árbol sano desde el punto de vista fitosanitario. Se levantaba en una zona con un terreno con sistema automático por goteo. No registraba hongos.

La primera intervención sobre él fue en 2012, con una poda, seguida por otra dos años después. En 2015 se revisó y no se detectó ningún cambio. En 2016 se le sometió a una prueba de tensión para conocer su estabilidad. Con el plan extraordinario del arbolado pasó por una nueba inspección en noviembre de 2016. En 2017 pasó por una actuación fisosanitaria y en abril del año pasado se sometió a una poda de mantenimiento. En junio de ese año se acortó su copa. La última revisión fue el 23 de marzo de 2018, prácticamente horas antes del desplome mortal.