Novatadas
El precio de las novatadas: desde trabajos a la comunidad hasta la expulsión de la universidad
Las novatadas han vuelto a los colegios mayores de algunos campus universitarios. En el Leonardo Torres Quevedo de Santander han comenzado con un ritual de iniciación de los recién llegados.
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Les rocían con harina y les hacen desfilar, entre otras vejaciones. Muchos consideran que las novatadas son algo de otra época va calando. Muchos jóvenes opinan que no ven sentido tener que humillar a la gente para pasárselo bien y que se debería erradicar. Pero hay todavía quienes opinan que es una forma de conocerse e integrarse. Es el eterno argumento que permanece en el sentir de, sobre todo, los veteranos. Hay alternativas a las novatadas como 'paint ball' o salir de marcha, dicen los alumnos.
Las novatadas están prohibidas, aun así se siguen haciendo. Son faltas muy graves y se castigan con la expulsión de la universidad de dos meses a tres años o la anulación parcial de la matrícula. Las graves se penalizan con hasta un mes de expulsión, que no puede coincidir ni con los exámenes, ni con el periodo de matriculación y las leves se salvan con una amonestación privadas. Las dos últimas también pueden conmutarse por trabajos a la comunidad.
Consecuencias de las novatadas
Este tipo de gamberradas, dicen los psicólogos, también tienen consecuencias para la salud. Pueden detonar un episodio de falta de autoestima y bajo rendimiento escolar, entre otras consecuencias.
Cada vez son más los jóvenes que se suben al carro de condenar las novatadas, pero para erradicarlas tienen que ser el 100%.
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