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El cambio climático y el polen
La primavera anuncia muy malas noticias para los alérgicos al polen
Llega la primavera y con esta estación llegan las alergias, aunque este año no se han ido del todo. El buen tiempo del invierno ha modificado las fechas de floración de las plantas, de manera que el polen se ha mantenido en el ambiente.
La subida de las temperaturas provoca pólenes más agresivos y más resistentes a los tratamientos. Son otras consecuencias del cambio climático.
Los expertos señalan tres grandes consecuencias de la subida paulatina de las temperaturas. La primera: un calendario lleno de polinizaciones y cuyo único descanso en torno a noviembre está desapareciendo. La segunda consecuencia es que las plantas se están adaptando para sobrevivir produciendo mayor cantidad de polen. Y la tercera que se defienden modificando su polen para que sea más resistente y por lo tanto más agresivo para el cuerpo humano. Eso explica que a pesar de hay más polen en las zonas rurales, se sufra muchos más en las ciudades.
Al menos hay una buena noticia. La falta de lluvias en otoño deja una primavera de intensidad baja y moderada salvo en Andalucía y Extremadura donde se repetirán las altas concentraciones habituales.
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