Tumor cerebral

Las primeras imágenes del pequeño Oliver tras su operación: "Será dado de alta en 4 o 5 días"

Oliver ya ha empezado a hablar, también ha dado algunos pasitos pequeños y su evolución es positiva. El menor sigue recuperándose en el hospital tras una larga intervención en la que le extirparon gran parte del tumor que le detectaron en el cerebro.

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Oliver, el niño malagueño que fue operado de urgencia de un tumor cerebral, sigue evolucionando favorablemente. Hoy el equipo médico del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona ha confirmado que el pequeño recibirá el alta en cuatro o cinco días.

El padre de Oliver, Alejandro Romero, ha celebrado la buena noticia y ha relatado que el niño ya ha podido ponerse en pie, tras más de un mes sin poder hacerlo a consecuencia del tumor cerebral: "Está muy bien, cada día se recupera más, dice alguna palabra, hace un gesto, una mirada y ayer dio un par de pasitos. Son miniprocesos que son importantes", ha indicado.

No obstante el camino por recorrer todavía es largo. Tras la operación, Oliver entrará en un ensayo clínico que debe tratar su cáncer, denominado ependimoma, con quimioterapia en Madrid. Si la evolución es la esperada, a continuación completará el tratamiento con radioterapia, según han detallado los especialistas que lo están tratando. Tanto los expertos como la familia se han mostrado muy esperanzados con la evolución del menor.

Un ángel de la guarda anónimo

En octubre la vida de Oliver dio un giro de 180°. Sus padres se dieron cuenta de que algo no marchaba bien cuando el pequeño comenzó a tener problemas para andar y comer. Lo llevaron a un hospital de México, país en el que residía toda la familia desde 2020, y el diagnóstico fue demoledor: tumor cerebral.

Las esperanzas de los especialistas mexicanos tampoco fueron nada buenas, le dieron un mes de vida. El equipo de neurocirugía del Sant Joan de Déu se ofreció entonces a extirpar el cáncer, pero había otro problema más: el traslado de Oliver a España para ser intervenido de urgencia costaba casi 200.000 euros.

Sus padres hicieron un llamamiento desesperado a través de redes sociales que surtió efecto. El milagro ocurrió y un empresario sufragó todos los gastos. La única condición que puso es que su identidad permaneciera bajo anonimato. Y así ha sido, tanto es el hermetismo que ni siquiera el padre del pequeño conoce personalmente al español que ha devuelto la esperanza a toda la familia.

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