Volcán La Palma
El puesto de mando de El Paso, el cerebro del dispositivo que coordina la emergencia del volcán de La Palma
Desde el puesto de mando avanzado en El Paso, 50 personas coordinan un dispositivo formado por más de 800 efectivos de Guardia Civil, UME, Policía Local, Protección Civil, científicos y técnicos que trabajan las 24 horas del día para hacer frente al avance de las coladas de lava de Cumbre Vieja.
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El volcán de Cumbre Vieja, en La Palma, erupcionó el pasado domingo, hace ya 5 días. Desde entonces, se mantienen activas 2 coladas de lava que arrasan todo a su paso. Una de ellas, la situada más al norte, que avanza lentamente 1 metro cada hora y presenta una altura de hasta 12 metros, penetró en el barrio de Todoque y parece estancada a tan solo 2 kilómetros del mar. La otra, en el frente sur, avanza algo más rápida, a 4 o 5 kilómetros por hora y, con una longitud de 3.800 metros, también se encuentra a algo más de 2 kilómetros del Atlántico.
La emergencia se sigue al minuto desde el puesto de mando avanzado de El Paso. Allí, un grupo de 50 personas monitorizan la actividad del volcán y dirigen a un dispositivo de casi 800 personas repartidos sobre el terreno y donde no faltan los efectivos de Guardia Civil, Policía Local, Protección Civil, Emergencia 112 o de la Unidad Militar de Emergencia (UME).
Desde este cerebro operativo, se coordina absolutamente todo durante las 24 horas del día. Desde la evolución de la lava hasta la ayuda a los afectados, establecer rutas seguras para avanzar o cada paso que se da sobre el terreno.
Amplio dispositivo
La primera línea la forman los efectivos de la UME. Ellos son los encargados de hacer la medición de datos del avance la lava y también dan cuenta de las dificultades para abordar cualquier tarea. "El terreno ha cambiado, donde había una vaguada ya no hay; además las brújulas o los GPS fallan", relata Pablo García, teniente de la Unidad Militar de Emergencias.
Mientras, la Guardia Civil son los encargados de que nadie no autorizado entre en la zona más peligrosa por las emisiones del volcán. También son los que permiten la entrada de vecinos para recoger enseres o de regantes para atender sus plantaciones.
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Finalmente, la tercera pata la forman los científicos y los técnicos. Son los encargados de tomar las decisiones sobre cómo luchar contra el volcán, incluso los intentos para tratar de desviar las coladas hacia lugares que no generen daños materiales. Todos ellos, unidos, ante las enormes lenguas de ceniza de Cumbre Vieja.
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