¿Por qué en la lucha contra el coronavirus no se han realizado hasta ahora autopsias a los fallecidos por COVID-19? En nuestro país solo se ha realizado una y, ante una enfermedad nueva, podrían aportar información clave para adoptar estrategias terapéuticas.
En el documento técnico 'Procedimiento para el manejo de cadáveres de casos de COVID-19', publicado por el Ministerio de Sanidad se alerta del peligro de las autopsias y se recomienda no realizarlas "por el riesgo biológico de contagio para los ejecutores de la misma y por el riesgo de propagación del virus".
Según este texto, "los pulmones y otros órganos todavía pueden contener virus vivos y es preciso tomar medidas de protección respiratoria complementarias".
A pesar de ello, el informe no las prohibía y animaba a llevarlas a cabo "si se considera realmente necesaria y se puede garantizar que esta se realiza en un ambiente seguro".
Falta de espacio, personal y equipo
A esto se añadía la imposibilidad de llevarlas a cabo por tres razones: la falta de EPI (equipos de protección individual); la carencia de profesionales en esta área, porque muchos fueron reasignados a las plantas ante la congestión de los hospitales; y, la más importante, la ausencia de salas de autopsias con el nivel de seguridad adecuado, el BSL-3, el segundo nivel de bioseguridad más importante, reservadas para fallecimientos provocados por enfermedades extremadamente contagiosas, de los que se ven muy pocos casos.
En cambio, sí que se han realizado biopsias 'post mortem'. Se han obtenido pequeñas muestras de órganos de las personas fallecidas para hacerse una idea de su estado. Este procedimiento puede aportar algo de información, pero no tanta como en el examen de los cuerpos.
Acondicionamiento
Hasta ahora no se había practicado ni una sola autopsia a pacientes fallecidos por coronavirus en España. La primera tuvo lugar la semana pasada en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid.
En nuestro país hay muy pocos hospitales que cuenten con las salas apropiadas para realizar estas autopsias, pero en las próximas semanas algunos podrían acondicionar las suyas y unirse a este grupo. No se espera que pasen de un total de ocho en toda España ya que la reforma no es sencilla: para llegar a tener una sala BSL-3, hacen falta presión negativa, filtros especiales y una ventilación adecuada, entre otras cosas.