Una enfermedad profesional es la enfermedad que está causada, de manera directa, con la labor que desempeñe una persona durante su trabajo. La enfermedad está derivada del trabajo que realiza y puede producirle una incapacidad o, incluso la muerte. Es decir, las enfermedades profesionales están producidas como consecuencia del trabajo.
Para que una enfermedad pueda ser considerada como enfermedad profesional tiene que haber una relación de causalidad entre el desempeño de las labores del trabajador en su puesto de trabajo y la enfermedad que le pueda provocar.
El Gobierno ha aprobado que se reconozca como enfermedad profesional a los profesionales sanitarios que padezcan coronavirus. La aprobación de esta nueva medida va a permitir que el trabajador sanitario tenga cobertura laboral durante toda la vida si padece en algún momento coronavirus.
El Real Decreto 1299/2006, de 10 de noviembre, dicta como enfermedad profesional a un total de seis grupos si los trabajadores presentan que la enfermedad que padecen está originada por algunas de estas causas: Enfermedades causadas por agentes químicos, por agentes físicos, por agentes biológicos, por inhalación de sustancias y agentes no comprendidos en otros apartados, de la piel, causada por sustancias y agentes no comprendidos en alguno de los otros apartados, y las causadas por agentes carcinogénicos.
La diferencia en las prestaciones que son por incapacidad temporal, estas son, patologías derivadas de enfermedades comunes. El trabajador no cobrará durante los tres primeros días que esté de baja o incapacidad temporal. A partir del cuarto día hasta el día 20 cobrará el 60% de la base reguladora por contingencias comunes y del día 21 en adelante, comenzará a cobrar el 75% del sueldo.
Por otro lado, si la enfermedad que padece el trabajador está considerada como enfermedad profesional, el empleado tiene derecho a cobrar a partir del segundo día que esté de baja. Cobrará el 75% de la base reguladora por contingencias conocidas como profesionales.
Es decir, que la diferencia entre que una enfermedad sea considerada enfermedad profesional o no deriva en el dinero o prestación que se recibe mientras el trabajador está de baja, siendo la prestación por enfermedad profesional más elevada que si es por incapacidad temporal de una enfermedad común.