¿Por qué han elegido las víctimas del aceite de colza el Museo de El Prado para su protesta?

Afectados del envenenamiento del aceite de colza se han encerrado esta mañana en el Museo de El Prado para exigir al Gobierno soluciones sobre su abandono. En el encierro aseguraban que estaban dispuestos incluso a suicidarse con la ingesta de pastillas si no recibían una respuesta del Ejecutivo.

¿Por qué el Museo de El Prado?

El comunicado difundido por la Asociación de víctimas del aceite de colza señalan que el Museo de El Prado ha sido el lugar elegido para su protesta ya que es la institución más importante de España y que la cultura a muchas víctimas de la colza les ha servido para no rendirse jamás, "incluso ahora, y también lo fue antes para continuar ante el dolor día a día, porque coincidió que a este museo del Guernica llegaba en 1981 cuando nosotros éramos envenenados y porque este museo de El Prado es emblema mundial de orgullo y visibilidad".

Las víctimas reclaman al Presidente del Gobierno esa visibilidad que durante 40 años han estado pidiendo.

Exigen justicia

En declaraciones a Antena 3 Noticias María, una de las afectadas por el aceite de colza, asegura que están hartos de ser víctimas y que el Gobierno no les haga caso, "reclamamos justicia, una reparación moral y física, además queremos una comisión de investigación".

Suicidio

"Pasadas las 6 horas de nuestra presencia aquí, comenzamos la ingesta de pastillas. Recordar que además estamos en ayunas. Tenemos las pastillas necesarias para llegar al descanso que no nos ofrecen ustedes, así cada hora. Porque sí lo que llevan esperan estos años, es que muramos para acabar con el problema tendremos que utilizar lo único que nos queda de nuestra mermada vida y les daremos el privilegio de ver en directo, nuestro descanso eterno" señala el comunicado.

40 años

La comercialización en la primavera de 1981 de aceite de colza desnaturalizado y sin control sanitario provocó el mayor envenenamiento en España que afectó a más de 25.600 personas.

El 1 de mayo de 1981 se registró la primera víctima mortal por envenenamiento con aceite de colza, un niño de ocho años en Torrejón de Ardoz, Madrid, pero en ese momento no se conocía la causa real de su muerte.

Un adolescente de 14 años dirigía la red internacional de niños asesinos desde Alicante