Violencia vicaria
¿Qué hay detrás de la violencia vicaria y los casos como el de Tomás Gimeno?
La violencia vicaria es un tipo de violencia contra la mujer, y que en algunos casos termina con desenlaces terribles como ha sucedido en Tenerife con Anna y Olivia.
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En los casos de violencia de género, el reto es identificar a tiempo las señales de alarma que anticipan un desenlace fatal. En la mayoría de los casos, hay amenazas previas. Pero también existen otro tipo de indicadores que los psicólogos analizan para trazar el nivel de riesgo en cada caso.
Miles de personas golpeadas por la muerte de Anna y Olivia buscan una explicación. Buscan entender qué ha pasado por la mente de Tomás Gimeno. "No es un enfermo, sabe perfectamente lo que está haciendo, como controlar su conducta y lo que quiere hacer", explica Ana Salegui, psicóloga forense.
Este tipo de conductas son más habituales en los hombres pero también ocurre en mujeres. "No significa que no se puedan dar casos de violencia vicaria por parte de mujeres, claro que los hay", asevera Salegui.
Todos los agresores, hombres y mujeres dan señales. Por ejemplo, amenazas de suicidio o llamadas de atención mediante enfermedades. Por ello, denunciar a la mínima sospecha es clave.
¿Qué es la violencia vicaria?
El término violencia vicaria lo acuñó la psicóloga clínica Sonia Vaccaro hace casi una década. Es una violencia secundaria a la víctima principal, que es la madre.
A pesar de que la violencia física y directa del hombre sobre su mujer o pareja es muy evidente, se dan muchos casos en los que la mujer es víctima de una violencia psicológica continuada y resultado de hacer daño a los hijos que se tienen en común. En el peor de los casos, como podría ser el caso de la desaparición de las niñas de Tenerife Anna y Olivia, el daño extremo puede llegar con el asesinato de los menores en común.
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